miércoles, 8 de febrero de 2012

Artetipos, seminario cultural No. 56


Editorial

 Queridos lectores. Nos es grato comunicarles que desde el inicio de Artetipos en línea, www.artetipos.blogspot.com a esta fecha, hemos recibido un total de 14, 800 visitas en internet. Un gran número de lectores considerando que estas es una publicación de divulgación cultural y artística. Nos han visto en países como México, Estados Unidos, Malasia, Alemania, Rusia, Canadá, España, Argentina, Japón, Letonia, Colombia, Cuba, Chile, Polonia, Venezuela, Australia, Reino Unido, y Ucrania, según los datos proporcionados por Google a través de blogspot.com 

Gracias por compartir con nosotros. Les mando un abrazo.

Ricardo Ariza

Editor




02



03


04 y 05


06


07


08




Queridos: A continuación el texto contenido en el seminario número 56 Artetipos.

Editorial

Queridos lectores. Nos es grato comunicarles que desde el inicio de Artetipos en línea, www.artetipos.blogspot.com a esta fecha, hemos recibido un total de 14, 800 visitas en internet. Un gran número de lectores considerando que estas es una publicación de divulgación cultural y artística. Nos han visto en países como México, Estados Unidos, Malasia, Alemania, Rusia, Canadá, España, Argentina, Japón, Letonia, Colombia, Cuba, Chile, Polonia, Venezuela, Australia, Reino Unido, y Ucrania, según los datos proporcionados por Google a través de blogspot.com 
Gracias por compartir con nosotros. Les mando un abrazo.
Ricardo Ariza
Editor




Presentación de la antología
Sublevación y Delirio
Coordinada por María Baranda

El pasado jueves 26 de enero, en el Museo Trotsky de la Ciudad de México, 24 poetas celebraron  la presentación de la Antología “Sublevación y Delirio”, la  cual fue editada por la Unión Latinoamericana de Escritores con sede en el Distrito Federal, coordinada por la conocida poeta María Baranda y por José Antonio Durand Alcántara.
A continuación presentamos el prólogo de dicha edición y unas breves semblanzas de los autores, redactadas por la poeta María Baranda. A lo largo de diferentes ediciones del seminario cultural Artetipos, iremos dando a conocer a los vates y sus distintos trabajos, comenzamos con una breve muestra en estricto orden alfabético, que es como fue editada también dicha antología.

Prólogo
Los poetas aquí reunidos saben que la poesía es estar en la otra orilla, en ese sitio en donde se logran mundos posibles y en donde se resiste, con la integridad de quien ha descubierto sus propias imágenes, una realidad tan impensable como definible. Cada uno de los integrantes de esta antología, ha buscado reconocerse en el ritual de la palabra poética que, poco a poco, revela el vértigo que implica encarnar en esa experiencia. Entre la sublevación y el delirio se han enfrentado con sus propias posibilidades esenciales para reinventarse y desbrozar un camino en el límite de un nuevo horizonte. Su ímpetu ha sido la condición necesaria para bordear los abismos y establecer su propio recorrido de voz en donde, más allá de los espacios de la imaginación y el silencio, han encontrado un sentido vital en la poesía. Saben que adentrarse en ella es ir a fondo en el tiempo para mirarse en un instante, uno solo, en la reconciliación del mundo.
María Baranda


Víctor Arguelles habita los espacios de lo abstracto y de lo sensorial con una gran vitalidad. Sus imágenes, en su fuerza, logran impactarnos con su personal concepción del mundo.

Ricardo Ariza es un viajero incansable en la plenitud de su palabra. Sus poemas están escritos desde su condición de nómada y sugieren una fuerza idílica e imaginativa que logra otorgarnos una nueva manera de ver nuestro tiempo.

Sandra Barba logra establecer en sus poemas un territorio donde lo mítico cobra fuerza y el pensamiento es una suerte de geografía de la memoria y de experiencia continua en el tiempo. En sus imágenes se representa el misterio de la poesía.

Kenia Cano evoca lugares posibles con una energía plástica y dramática a la vez. Su poesía congrega diversos planos cromáticos con las imágenes de un naturalista y una serie de personajes que, en su vértigo y fascinación, la ayudan a develar su mundo tan único.

LA VISITA
Víctor Argüelles

Al impulso de verse, verse de nuevo.
¿Por qué me revelé en la mirada del otro en forma de arrebato
                                                                                              / en medio del aire?

Recién descubro el jirón del tiempo, polvo de tiempo transcurrido.

Quien pide salvarse es la réplica, [no el retrato]. La humedad selló
/ sus poros
y enclaustró el eco del verbo,
pasó por un río y ahora aquí en mi mano padece insomnios
                                                                                              / de negrura.

                -Yo soy el sigiloso que habita por dentro de sus bordes.

Miro la constelación desde una ventana abierta,
He pasado por tantas generaciones en el venir y regresar.

                -Yo soy el sigiloso que habita en cada una de las aristas
/ de la noche.
Un aguijón por cada negativa, una torre de silencios por
                                                               / cada desafío con lo oculto.
Me consumí en el ruido rojo de las detonaciones; el pigmento
                                                                                              / de pintura
me rebasó los dedos en el afán de construir la impronta
                                                                                              / efusiva a pinceladas.

He atravesado el tejido de mis lienzos blancos.
Con mi nado llegué a una orilla, mudo y sin mirada.
Me instalé. Una época tuerta es el peor engaño para el ojo.

-Yo soy el sigiloso, medio sordo, medio muerto
con mi flujo de esperanza pretendo medio mar,
corregir en la distancia  el vacío del abrazo.
Madre-padre-hijo: ´puntos de una forma diluida,
madre-padre: habitaciones amplias en desorden.

Si he de decir Padre será en el estallido del tacto ausente.
Si he de decir…, un nudo antecederá a la palabra.

                -Yo soy el sigiloso. Unto en mis sienes el cristal molido
para oír el susurro de otras épocas.

                -Yo soy el sigiloso, el humo de la memoria se desvanece,
se va como hilos fragmentados de cascada en el declive.

                -Yo soy el sigiloso. Anochezco,
alargo el paso en el torrente de la madrugada-cicatriz,
el visor al alcance de los ojos me ofrece una orgía de fantasmas,
me pone la sangre en el suspenso de la hora.

No hay noticias que lleguen a cambiar los rumbos,
primero una película provocó un temblor,
luego, una realidad en el sueño-pesadilla me hizo despertar.

Los mensajes me revelan algo nuevo: el Ser brota como
                                                                                              / pétalo naciente.

He despertado, recibo en el mensaje la Visita: 17-08-2011, 03 AM.

BUDAPEST
Ricardo Ariza

Es la noche que se escurre entre mis manos
la que me dice que nunca viajaré a Budapest.
Es la noche que se escurre hacia los árboles
y  es la hora muerta de las esperanzas; baúl
con pañuelos perfumados, monstruos, aceites,
ríos alcoholizados a través de la perla del Danubio
abierta a medio libro sobre los restos de mi cuarto;
demasiado tarde para mí que escucho el agua
azul y redonda envolviéndose entre las paredes carcomidas
y asustando a los gatos que juegan con el humo.
Nunca iré a Budapest. Pienso. Y dejo el libro a mi lado
para viajar en el mismo camarote hacia otras aguas dormidas,
al paso por antiguos imperios enlazados en otros sueños
por otros tantos años surcados en mis manos.
No iré a Budapest y extrañaré esa ausencia como un rostro,
como el recuerdo infantil de una amistad profunda,
como un sueño que no recuerdo, un sueño robado,
un algo de uno por ahí en el mundo perdido,
buscando la salida y encontrando,
cualquier cosa, pero encontrando,
uno piensa en las respuestas, en los kilómetros de llanto,
como si fueran telas para hacerle un traje de fiesta a la muerte,
uno piensa en los destinos;
detrás de la tarde Budapest me llama,
metros de sedosa tristeza arrinconada,
Budapest como una pieza dental floja,
como el asalto a un banco con un piano,
un paraguas roto amotinado a la orilla de la chimenea.
Nunca iré a Budapest. No hay barcos detrás de las palabras.
La noche es un poema es un arma es un disparo es un ciego.
Casi descubro al borde de mi sombra otro nombre: Estambul. Y me detengo.




ALTAZOR II
Sandra Barba

A Paco

Fui niño y corrí a la playa de Goa.
Había un ejercito de palmeras
de murallas paralelas a Vietnam.
Crucé el límite donde la arena es risco,
donde las rocas muerden las olas negras
porque es músculo el mar de rabia.

Viví en hogares volantes, en globos,
con pobladores aerostáticos
que esconden el fuego
y no comparten su secreto aéreo.

Fui de Goa al ashram.
Robé las vacas del sol.
Grité “Ulises” en un barranco
para que germinara mi voz en el vacío.
Seguí siempre.
Muté en medusa y crucé las aguas,
cómo nadan las algas la extensión
de mares y bahías improbables.
De vuelta al continente, fui Woodstock,
globo ardiente inflado al sol.
Desnudé a todas las versiones de Venus.
Al fin cansado, me sacudí los años;
engañé al tiempo para beber naranjas,
un poco más de zumo de la luz áurea
y una florecita más entre las ramas.


A SCARED RABBIT, MOSTLY
Kenia Cano

You think of me as a guide from another world,
wise and clear, because I’m outside the rules…
Actually I’m ordinary, vane, very narcissistic, fickle,
not very honest, not learned, a scare rabbit, mostly.
                                                                           Alan Williams


Un conejo bajo las sábanas.
El conejo ha menstruado     ¿Es coneja?
Nunca he sabido distinguirlos.

Tuvimos un criadero de conejos
recuerdo algunos ojos saltones como los de mi madre.

Alguien amenazó a un conejo en mi recámara.
No había suficiente luz.

                Su pelaje es suave, blanco, como bombones en un cereal,
                común y repetido.

Soy un conejo asustado, casi, mayormente.

Acariciarles el estómago,
¿Quién dijo que esperaban tu cariño?

Aquella tarde si
¿A cuántos salvamos?
¿Cuántos murieron por nuestro descuido?

Salían a comer lechugas sembradas por mi madre:
Siete, nueve, números impares,
Como lo que pienso acerca de mí.

Ella levantó la sábana: un conejo.

Un conejo guardado en la garganta.
Habrá que hacerle una disección.
Es común que sean los prestados.

¿Qué hizo con el primer conejo rígido?
¿Nos ayudó a enterrarlo?

Quisiera ya no tener miedo,

                deberás entonces imaginar:

¿Quién sembró este conejo para que brille la pradera?
¿Quién con su luz omnisciente entibió su sangre?
¿Quién le dio diez razones para seguir moviéndose?
¿Quién acompasó su respiración cuando la hierba se inclinaba?
¿Quién dibujó un halo certero sobre su cabeza?
¿Quién hizo que la niña lo cargara y pensara que nunca iba a morir?
¿Quién acercó su nariz y sintió un temblor sereno?
¿Quién señaló la sombra del conejo
                cuando había desaparecido? 




Traducción/ En las voces del otro
Pluies / Lluvias
Saint John Perse (fragmento).
Versión al castellano de Gustavo Martínez

“Entre el pensamiento discursivo y la elipse poética, ¿cuál de los dos va o viene de más lejos? Y de esa noche original en que andan a tientas dos ciegos de nacimiento, el uno equipado con el instrumental científico, el otro asistido solamente por las fulguraciones de la intuición. ¿Cuál es el que sale a flote más pronto y más cargado de breve fosforescencia? Poco importa la respuesta. El misterio es común…” dijo Aléxis de Saint Léger Léger, en su discurso ante la Academia de Suecia, al recibir el premio Nobel de literatura en 1960 bajo el seudónimo de Saint John Perse.
Nacido en las Antillas menores el 31de mayo de 1887, estudio derecho, letras y medicina en las universidades de Burdeos y  París. En 1914 ingresó al cuerpo diplomático francés y fue enviado a China. A la par de una fulgurante carrera en el Servicio Exterior, que lo llevó a recorrer el mundo, entre dos guerras mundiales, desarrolló una poética personalísima: indagador de las esencias del mundo a través del drama de la naturaleza, narrador de la cosmogonía cotidiana y víctor en la batalla del lenguaje surreal.
La poesía de Saint John Perse es una de las más vastas crónicas humanas del siglo XX, caso único en el panorama de la lírica europea, pues en la era del individualismo, se olvidó de sí mismo para orar por todos nosotros, en la lengua universal de lo sagrado.



Pluies
Saint John Perse (fragmento)

VIII

…Le banyan de la pluie perd ses assises sur la Ville. Au vent du ciel la chose errante et telle
Qu´elle s´en vint vivre parmi nous !… Et vous ne nierez pas, soudain, que tout nous vienne à rien.
Qui veut savoir ce qu´il advient des pluies en marche sur la terre, s´en vienne vivre sur mon toit, parmi les signes et présages.

Promesses non tenues ! Inlassables semailles ! Et fumées que voilà sur la chaussée des hommes !
Vienne l´éclair, ah ! qui nous quitte ! … Et nous reconduirons aux portes de la Ville
Les hautes Pluies en marche sous l´Avril, les hautes Pluies en marche sous le fouet comme un Ordre des Flagellants.

Mais nous voici livrés plus nus à ce parfum d´humus et de benjoin où s´éveille la terre au goût de vierge noire.
… C´est la terre plus fraîche au cœur des fougeraies, l´affleurement des grands fossiles aux marnes ruisselantes,
Et dans la chair navrée des roses après l´orage, la terre, la terre encore au goût de femme faite femme.

… C´est la Ville plus vive aux feux de mille glaives, le vol des sacres sur les marbres, le ciel encore aux vasques des fontaines,
Et la truie d´or à bout de stèle sur les places désertes. C´est la splendeur encore aux porches de cinabre ; la bête noire ferrée d´argent à la plus basse porte des jardins ;
C´est le désir encore au flanc des jeunes veuves, des jeunes veuves de guerriers, comme de grandes urnes rescellées.

… C´est la fraîcheur courant aux crêtes du langage, l´écume encore aux lèvres du poème,
Et l´homme encore de toutes parts pressé d´idées nouvelles, qui cède au soulèvement des grandes houles de l´esprit :
« Le beau chant, le beau chant que voilà sur la dissipation des eaux ! » …et mon Poème, ô Pluies ! qui ne fut pas écrit !


VIII
El plátano de la lluvia pierde sus asideros en la villa. ¡Al viento del cielo la cosa errante y tal como se vino a vivir entre nosotros! ... Y ustedes no negarán, de repente, que todo deviene en nada.
Quién supiera lo que adviene a las lluvias en marcha sobre la tierra, que se vienen a vivir sobre mi techo, entre signos y presagios.

¡Promesas insostenidas! ¡Inasibles semillas! ¡Y humo sobre la calzada de los hombres!
¡Venga el relámpago, ¡ah! que nos abandona! ... E iremos de nuevo a las puertas de la villa.
Las altas lluvias en marcha bajo abril, las altas lluvias en marcha bajo el látigo como una orden de monjes que se flagelan.

Pero henos aquí libres y desnudos, ese perfume de humus y benjuí en que la tierra se despierta con sabor de virgen negra.
... Es la tierra más fresca en el corazón de los helechos, la floración de los grandes fósiles en los carbones chorreantes,
Y en la carne afligida de las rosas tras la tormenta, la tierra, la tierra con gusto otra vez de mujer hecha mujer.

... Es la villa más viva al fuego de mil espadas, el vuelo de lo sagrado sobre los mármoles, el cielo todavía en las pilas de las fuentes.
Y la lechona de oro en la punta de la estela sobre las plazas desiertas. Es otra vez el esplendor en los pórticos del cinabrio; la bestia negra herrada de plata a la puerta más baja de los jardines;
Es otra vez el deseo en el flanco de las jóvenes viudas, de las jóvenes viudas de guerreros, como grandes urnas violadas.

...Es el frescor que corre en las crestas del lenguaje, la espuma otra vez en los labios del poema,
Y el hombre otra vez de todas partes acosado por ideas nuevas, que cede al levantamiento de las grandes olas del espíritu:
"¡El bello canto, el bello canto sobre la disipación de las aguas!". . . y mi Poema, oh Lluvias, ¡que no será escrito!

Versión al español de Gustavo Martínez González.



Tus pies, el lugar donde recibes

Tus pies, el lugar donde recibes la ofrenda bajo el altar de tu sexo de hembra de cría. Los ramilletes de dedos en compás, pródigo huerto donde florece un hombre adulto y donde bebí a grandes sorbos la luna, en mi cuna y tu regazo. Tus pies, lo que en ti más venero, cuando besas tiernamente la tierra a cada paso que das entre una y otra eternidad.

Braulio Hornedo Rocha



AL CUMPLIR LOS 37
Adán Echeverría

Morir a los 33 está pasado de moda, o lo que es peor, caminar desde los 30 compartiendo el pensamiento que durante 15 años ha evolucionado en ti, está pasado de moda. Y no es que Jesucristo sea obsoleto, si ni siquiera el Pri puede ignorarse -las instituciones, ay las instituciones-, mucho menos un sistema que ha dividido la historia en Antes y Después... pero ¿qué respuestas le tiene uno a la vida si desde que es capaz de cruzar la barrera de los 30 años la vida nos sigue tratando de enseñar lo poco importante que somos para los demás?
Y es que no importa cuán importante seamos para los demás, importa lo importante que podamos ser para nosotros.
El mayor enemigo que tenemos es aquel que se esconde en el fondo del espejo, que todos los días nos va mirando y nos señala, querámoslo o no, nuestras propias miserias.
Tenemos nuestro propio retrato a lo Dorian Gray ahí escondido en nuestro ático, nuestro sótano, en el armario; eso que sabemos que somos para nosotros mismos.
Los alcohólicos lo conocemos cada día al despertarnos de una nueva borrachera, los más cínicos (quizá los más felices), lo miran apenas unos segundos, y luego le tiran la manta encima con un: cállate y déjame en paz, y la vida continúa.
Este 16 de enero de 2012 comienza la etapa de cruzar los 37.
Siempre he pensado en la celebración de aniversarios, como un recordatorio de: qué hice durante un año... para qué diablos viví un poco más... he vivido 4 años más que Jesús llamado el Cristo, alguna razón existirá para tener ese beneficio.
Si el hijo de un dios tuvo la gentileza de cagar y orinar en su forma humana en este planeta durante 33 años, porque este que soy ha tenido la oportunidad de vivir 4 años más: ¿acaso el destino es igual de ciego que la maldita justicia? ¿Y si llego a los 40?
Desde los 20, borracheras más borracheras menos, recuerdo una fiesta jurada en la que con un amigo ofrecí morir a los 40, ponerme una meta.
Aquellos días había cruzado con celeridad la etapa suicida de todo joven.
Estaba harto y decidí que no había razón alguna de atentar contra mi vida; que simple, me convencí: para ser suicida se necesita algo más, una razón de importancia y no la pura vanidad, una razón de extremo.
Desde entonces amé a los que se logran inmolar, adoré a los kamikazes... En esa fiesta de mis 20 años, hice jurar a un amigo que él me mataría al cumplir los 40.
Tal vez mi amigo no lo recuerde, tal vez sí... Necesario es que uno lo recuerde siempre, porque cada día, cada minuto de la vida son importantes, para nadie más que para ti.
La lucha está en vencer a ese enemigo que eres tú mismo. La persona del espejo es la más importante, el enemigo. Hay que destruirse hasta las cenizas, porque cada vez que lo logres de las mismas cenizas ese otro tú volverá a nacer para humillarte, para intentar dominarte de nuevo.
Cada vez que cumplo un año más tengo ese maldito recuerdo... me quedan tres años de vida.
He vivido 4 años más que el Cristo, y aún no se consigue aquello de Antes y Después de Adán Echeverría.
¿Queda algo más. Queda mucho? El mayor temor ahora es pensar que 40 años me serán infinitamente pocos.
El nacimiento de mis hijos me hizo darme cuenta de esa metáfora: los 33 años son una miseria y lo son todos. No son los años que cumplas, sino los años que vivas: he vivido poco me he cansado mucho, dice el poeta.
Los 40 años siguen siéndolo. Quiero ver crecer a mis hijos, verlos triunfar, realizarse.
Me harán falta muchas vidas para sentirme necesariamente satisfecho. Pero la vida tiene un límite.
Cada día nos acerca más a la muerte. Cada vez que cumplo años tengo que convencerme de estar preparado. Y estar preparado para la muerte es disfrutar cada día como si fuera el último.
El hombre del espejo lo sabe, el hombre del espejo tengo que ser yo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario