lunes, 26 de marzo de 2012

Artetipos No. 60


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Entrevista con Enrique Serna
La sedición de la patria

Ricardo Venegas

Escritor imprescindible en la narrativa contemporánea, Enrique Serna (México, D.F., 1959) es un autor de culto para muchos lectores mexicanos y extranjeros. Entre sus obras destacan las novelas El seductor de la patria (1999), que muy pronto se ha convertido en un referente de la literatura nacional, Uno soñaba que era rey (1989), Señorita México (1991), El miedo a los animales (1995), el libro de cuentos Amores de segunda mano (1993) y la colección de ensayos Las caricaturas me hacen llorar (1996). Ignacio Solares afirma que “el arte de Serna consiste en una serie de procedimientos encaminados a hacernos más persuasiva la ilusión realista —ésa que sólo puede darse dentro de la mejor literatura—, a comunicar al lector la sensación de estar siendo directamente enfrentado a la vida, a aquella vida, al mundo objetivo de lo narrado”.

En tu novela El seductor de la patria reinventas la figura de un presidente reelecto 11 veces en el siglo XIX en pleno auge nacionalista, ¿hemos cambiado mucho desde entonces los mexicanos?

Sí, claro. Hemos evolucionado mucho  desde que Santa Anna salió a su último exilio en 1854, pero no lo suficiente para tener una democracia funcional y un verdadero Estado de Derecho. En materia de impunidad  estamos completamente estancados, sobre todo en el combate a la corrupción de políticos y funcionarios. En cualquier país civilizado, el hallazgo de los 25 mil millones de pesos en efectivo que el gobierno de Veracruz mandó por avión a Toluca, hubiera ocasionado la caída del gobernador Duarte y una investigación a fondo. Es obvio que ese dinero tenía como destinatario al comité de campaña de Peña Nieto, y quizá provenga directamente del narco, que hace todas sus transacciones en cash. Pero en México no ha pasado nada, y esta flagrante corruptela seguramente quedará impune porque la administración de justicia sigue en manos del hampa institucional.

Hay un desencanto notable en la ciudadanía, falta de credibilidad, se dice que no hay políticos respetables –ni reelegibles, a propósito de Santa Ana-, ¿han perdido su capacidad de persuadir, qué es lo que han perdido?

Creo que una parte del electorado ha perdido la fe en el cambio democrático. No los culpo del todo: los dos gobiernos panistas han sido nefastos. Pero creo que también la izquierda tiene la culpa de esta desilusión. López Obrador se pasó 6 años diciéndole al pueblo que el sufragio no se había respetado en las elecciones del 2006 y  me temo que le resultará muy difícil convencerlo de que este año sí habrá elecciones limpias. Según una encuesta reciente de “El Universal”, el 48 por ciento de los electores no cree en la neutralidad del IFE. El escepticismo de los ciudadanos puede restarle muchísimos votos a la izquierda.  López Obrador no habría caído en esta contradicción si fuera un verdadero demócrata y hubiera haber reconocido su derrota en las elecciones del 2006.

En el siglo de Santa Anna hubo escritores ligados a la función pública como en el caso de Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto (como los miembros de La Academia de Letrán), ¿a qué atribuyes la incultura de la política actual?

La atribuyo al desprestigio de la política. Los intelectuales ya no quieren participar directamente en ella, como en el siglo XIX, y eso le abre el camino a la zafiedad ambiciosa, cuyos más preclaros exponentes han sido Vicente Fox y el docto bebesaurio Peña Nieto. Debería haber más intelectuales respetados que siguieran el ejemplo de José Woldenberg y Jorge Castañeda, pues a mi juicio, ambos hicieron una buena labor en sus áreas de influencia cuando entraron en la arena política. Es un gran error cederle el poder a los ignaros.

Decías en una entrevista reciente que en México se apapacha a los escritores, a pesar de que en este país no se lee, ¿será inherente a la “genética nacionalista”  el no ser un pueblo lector?

No, eso no tiene nada que ver con nuestro código genético: es una consecuencia directa del desastre educativo de los últimos 30 años.

¿Qué tan lejos o cerca estamos de ser “indignados” que digan (a propósito de tu reciente estancia en Europa) como en España: “nos sentimos decepcionados, estafados por el sector financiero, hartos de la hegemonía política, del bipartidismo”?

En México hay movimientos de protesta ciudadana más importantes que el de los indignados españoles, como por ejemplo, el movimiento que encabeza Javier Sicilia. Los indignados españoles nunca lograron reunir a tanta gente como Javier. Pero las causas de nuestra indignación son distintas. En España los jóvenes protestan porque ya creían vivir en un país desarrollado del primer mundo y de pronto descubrieron que la prosperidad de su país era ficticia. En México jamás hemos alcanzado el bienestar para la mayoría de la población y, por lo tanto, tenemos mas razones para estar en desacuerdo con el sistema político y económico.

¿A que se debe el continuo fracaso de las campañas de promoción de la lectura en México? Todos los sexenios vemos esfuerzos infructuosos, algunos hasta irónicos con personajes de la televisión que hablan de las bondades de la lectura, cuando ellos mismos no leen.

Estás campañas son demagogia pura. De hecho, me da la impresión de que los grupos empresariales y las autoridades culturales sólo las difunden para lavarse la cara periódicamente, para hacernos creer que están haciendo algo por cultivar al pueblo.
Hay muy pocos lectores en México, porque no hay una enseñanza eficaz de español y literatura en las escuelas ni suficientes maestros bien preparados para impartir esas materias. La corrupción  del SNTE y sus pactos electorales con el PAN, y antes con el PRI, le han resultado muy onerosos a la sociedad mexicana.

Ha dicho Carlos Fuentes que el pueblo mexicano le va a cobrar la factura al PAN en las próximas elecciones, ¿cuál es tu diagnóstico?
Así lo indican las encuestas. Lo malo es que le quiere cobrar esa factura volviendo al régimen corporativo y dictatorial del PRI, es decir, retrocediendo a un pasado nefasto que ya creíamos haber dejado atrás. Una restauración autoritaria nos haría un daño mucho mayor que la actual anarquía delincuencial. Por otro lado, no creo que el PRI pudiera impedirla, pues hay un control territorial del hampa en muchos de los estados donde gobierna (tal vez porque los gobernadores se han coludido con los capos). Creo que lo peor para México es el retorno del PRI a los Pinos y todavía espero que un movimiento ciudadano en defensa de la democracia logre impedirlo.

04.05



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Donde habite el olvido de Luis Cernuda
Por Carolina Moreno Echeverry

La lectura de un poema sugiere una serie de características que la hacen particular. Por un lado, el uso del lenguaje poético a partir de la transgresión de las normas gramaticales que rigen el lenguaje común, la utilización de recursos retóricos en virtud del sentido figurado y la aspiración de ir más allá del mero acto informativo, hacen que el lenguaje sea aún más persuasivo y conmovedor, categórico y enfático. Por otro, la lectura implica una conversación (no sólo entre el poeta y el lector, sino también entre el autor y los diversos escritores que le han precedido e influenciado); conversación en la que se produce, construye, educa y libera, para hacer —tal como lo establece Gabriel Zaid— “el mundo habitable y la vida vivible”. Este es el caso de la lectura de Donde habite el olvido (1932-1933) de Luis Cernuda, poema que no deja de sorprender por su exquisita maestría y belleza.
El título, clara alusión a la rima LXVI de Gustavo Adolfo Bécquer, sirve como referente intertextual de la obra, ya que establece el elemento premonitorio del cuerpo del poema. A partir de la pregunta retórica ¿Adónde voy?, la voz poética responde desde el lugar anhelado: “Donde habite el olvido, / En los vastos jardines sin aurora; / Donde yo sólo sea / Memoria de una piedra sepultada entre ortigas / Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios”. La primera estrofa, cuyo primer verso repite el título, comienza entonces a describir el espacio. Cada verso al comenzar con mayúscula, le brinda al poema consistencia e identidad rítmica (aunque su métrica no responda a los cánones de la poesía clásica). Sus metáforas aluden al cementerio y a la soledad de la tumba desapercibida, en la que el descuido, el tiempo y el olvido son sus únicos visitantes.
Esta realidad que vuelve real lo imaginario se contrapone al deseo como voluntad de poseer. Ante la imposibilidad de satisfacer el deseo, la voz poética lo niega. El deseo es una exigencia intensa, por lo mismo dolorosa. Relaciona el enfrentamiento ante el otro y lo otro, el doble, la escisión del ser. El aquí real se contrapone al repudio del otro deseado: “Donde mi nombre deje, / Al cuerpo que designa en brazos de los siglos; / Donde el deseo no exista.”
La metáfora del cuerpo, más allá de evocar la presencia física, invoca al universo mismo. No es la representación de la persona sino la personificación de la fuerza cósmica; por tanto, se idolatra la eternidad, la representación de preservar y destruir lo amado, lo etéreo. En la voluntad del otro sólo se refleja el rostro inconforme con la realidad circundante: “En esa gran región donde el amor, ángel terrible, / No esconda como acero / En mi pecho su ala, / Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.”
La imaginación es más poderosa y persistente que el mundo concreto. Sus estructuras sutiles atraviesan los siglos; de ahí, el imaginario del ángel; pero pronto esta criatura encantadora se transforma a partir de su adjetivo en una terrible. El ángel, irresistible fuerza de espíritu, es la imagen del amor y odio, atracción y rechazo. Pero esta ambivalencia busca una nueva vía de acceso. La voz poética emula el desengaño de las apariencias. El uso del adverbio de lugar allá establece una comparación que rechaza; la banalidad fútil del otro sólo puede reconocerse desde afuera, desde la contemplación a lo lejos para poder evadir aquello que se desprecia: “Allá donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, / Sometiendo a otra su vida, / Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.”
El hombre sensible es consciente de su soledad; soledad vital que crea un ansia de unión con lo bello e intemporal. Pretende crear un nuevo mundo en el que la materia sea movimiento, soplo invisible, palabra y silencio. Un mundo en donde se retorne al jardín edénico del niño, de la infancia e inocencia. Lejos de los prejuicios de la realidad apabullante, el tema vital es la sed de eternidad: “Donde penas y dichas no sean más que nombres, / Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; / Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, / Disuelto en niebla, ausencia, / Ausencia leve como carne de niño.”
El desasosiego de la voz poética es latente. Por un lado rechaza la realidad cercana; por otro, aspira encontrar un lugar idealizado en el que finalmente la libertad sea la máxima expresión. La declaración lacerante de Cernuda nos informa: “El instinto poético se despertó en mí gracias a la percepción más aguda de la realidad, experimentando con un eco más hondo, la hermosura y la atracción de un mundo circundante. Su efecto era como en cierto modo ocurre con el deseo que provoca el amor, la exigencia, dolorosa a fuerza de intensidad, de salir de mi mismo, anegándome en aquel vasto cuerpo de la creación. Y lo que hacía, aún más agónico aquel deseo era el reconocimiento tácito de su imposible satisfacción”.
En Donde habite el olvido la voz poética revela entonces sus experiencias y sensaciones, intimidades y sentimientos; se escinde para ubicarse frente a sí misma y descubrir que ni la posesión del deseo, ni el que éste forme parte de la realidad son factibles en la vida; sólo son loables en los ámbitos de la muerte.
¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas;
en donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.


07


Las aves de este día
(LunArena, 2009; Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer, 2010), de Kenia Cano
Ángel Cuevas

En el centro del jardín de Kenia hay un laurel poblado de aves: “En el centro del mundo –dice la poeta– hay un laurel / y desde ahí los pájaros desploman”.
Como todo árbol, éste es un árbol sagrado, “el árbol-centro del mundo y sostén del universo”, de acuerdo con una de las clasificaciones que hace Mircea Eliade dentro de lo que él llama “los cultos de la vegetación”.
Otra clasificación de Eliade en la que podríamos inscribir al laurel –al de Kenia y al laurel en general– es la de los “lazos  místicos entre árboles y hombres”, que tiene que ver, por una parte, con las razas que descienden de árboles míticos, como Ask (el fresno) y Embla (el olmo), de cuyos troncos caídos –según la mitología nórdica– los Ases crearon a la primera pareja humana; y por otra parte, con los hombres que se transforman en árboles, principalmente las mujeres.
En esta categoría encontramos a las hamadríades, que son las ninfas de los árboles. Hubo quien vio en él / a la Señora envuelta en seda –dice la poeta Pura López Colomé, tan cercana a Kenia, en su poema “Árboles”, refiriéndose al cerezo–; Hubo quien vio en él –dice Pura refiriéndose al manzano– a las Hespérides, / dorada luz de mar ardiente.
Hablando del laurel, es conocido por todos el mito de Dafne, aquella ninfa, hija del río Ladón o del río Peneo, que fue requerida de amores por el dios Apolo y que, consagrada a la diosa Artemisa –hermana de Apolo– y asaetada con el dardo “obtuso” y que “tiene plomo bajo la caña” de Cupido, que ahuyenta el amor, con tal de guardar su virginidad huyó del dios y en su huída invocó a su padre, quien la transformó en el célebre laurel del que el dios tomó el lauro para los ganadores de las gestas poéticas y heróicas.
“Muchos la pidieron a ella –canta el poeta Ovidio–; ella, a los que pedíanla odiando, / intolerante e ignara de hombre, apartados bosques recorre…”
Vemos en esta metamorfosis, de ninfa en árbol, el primer desdoblamiento que se presenta tanto en el mito como en la recreación que hace Kenia de éste en su libro: detrás del árbol –o adentro– hay una mujer: la Dafne Peneya, como la llama Ovidio.
Mas como afirma Roberto Calasso, en la mitología los desdoblamientos son múltiples. Así, en una de las páginas de Las bodas de Cadmo y Harmonía, encontramos una cita (p. 33) en la que la ninfa Aura, quien se había reído de Artemis, tuvo un sueño dormida sobre unas ramas de laurel: Eros ofrecía a Afrodita y a Adonis una leona sometida con un cinturón encantado mediante las siguientes palabras: “Diosa de las guirnaldas, te traigo a Aura, la doncella que sólo ama la virginidad. El cinturón ha doblegado la obtusa voluntad de la leona invencible”. Entonces: “Aura se despertó angustiada. Por primera vez se había visto desdoblada: era la presa, a la vez que la cazadora que contempla la presa. Se enfureció con el laurel, y por tanto con Dafne: ¿por qué una virgen le había enviado un sueño digno de una prostituta?”
La respuesta nos la da esta vez Robert Graves: “La relación de la poesía con el laurel no consiste solamente en que el laurel es una planta siempre verde y por tanto símbolo de inmortalidad, sino en que también embriaga. Las mujeres que celebraban a la diosa triple en el valle de Tempe mascaban hojas de laurel para producir el frenesí poético y erótico, como las bacantes mascaban hiedra…”
Esto puede explicarnos ese doble carácter –poético y erótico– que predomina tanto en Las aves de este día como en la poesía más nueva que está escribiendo Kenia Cano.
En esta nueva etapa, tanto de vida como de escritura de la autora, vemos en su apogeo un aspecto que, por ejemplo, en Oración de pájaros (Instituto de Cultura de Morelos, FOECA y Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 2004) apenas despuntaba: el aspecto erótico, que Kenia despliega a lo largo de sus páginas no sólo a través de sus palabras sino también de sus dibujos.
En la sección “Estos son los pájaros”, apreciamos una serie de 11 sugerentes obras plásticas de la artista, que no pueden dejar de recordarnos algunos de los collages del surrealista Max Ernst, en el que apreciamos hombres y mujeres con cabezas de aves.
En las composiciones de Kenia, encontramos un tercer desdoblamiento: el de las mujeres pájaro: cabezas de ave y cuerpos desnudos de mujeres que a veces son atacadas por una ave negra, a veces devoradas por una “víbora celeste”; mujeres blancas de cuyas vaginas salen aves negras y mujeres negras que alumbran aves blancas; dibujos naturalistas, anatómicos, que no pueden dejar de evocarnos a las míticas sirenas…
Hay aquí un desdoblamiento artístico, o más bien una fusión, que caracteriza ya al trabajo artístico de Kenia Cano y que conocemos desde Oración de pájaros: el de la poesía y la imagen plástica.
Siguiendo el mito de Dafne y Apolo, también encontramos el aspecto animal en la serpiente que el dios mata con sus flechas y de la que su sacerdotisa –que podría ser la misma Dafne– toma su nombre de Pitonisa, y el cargo de intérprete de los oráculos poéticos que Apolo le dictaba en Delfos.
“Una serpiente rodea la casa”, dice Kenia en el poema “Primera visión”, “Ella camina impaciente sobre la hierba”, y como si estuviera en trance o, a través de la suya, irrumpiera otra voz, dice, mediante los versos alados que caracterizan todo el libro:
No quiero nada
lo único que me interesa
es ver tu cara
Dame tiempo para entrar en tus ojos
incéndiame el rostro
recoge mi gesto hecho polvo
Déjame verte
Tanto miedo oculto me hinca el diente
devórame para concentrarme en Ti
Curiosamente, tanto en este libro como en el anterior, abundan los animales muertos: las aves, los insectos, “el rano”, etc. Una diferencia notable entre el jardín de Kenia y el de Pura López Colomé, es que en el de Kenia no hay flores ni frutos… Hay, no obstante, una presencia prominente y prodigiosa, la de la zarza ardiente: <<“…voy a ver qué gran visión es ésta / y por qué no se consume la zarza” >>.
Una especie de dios candente y severo que pareciera acotar el desenfreno bácquico que presenciamos a lo largo de Las aves de este día, que pareciera atemperarlo y equilibrarlo; una combinación entre lo que dicen las palabras y lo que muestran los dibujos y que pareciera marcar el paso a un nuevo estadio tanto en la vida como en la creatividad de la artista.
Se trata de la epifanía que se anuncia en el “Cuaderno visitado por las abejas”, última sección del libro, cuando, otra vez en versos proféticos, avisa: Ya viene a pesar de la noche insomne / el Sol de los Inicios; cuando las abejas, invitadas por la poeta: “Abejas de la miel / vengan a construir / en la casa vacía del estornino”,  irrumpen anunciando la floración y la posterior cosecha de miel que habrá de reflejarse –estamos seguros– en los próximos libros de Kenia, poblados de versos alados y dibujos luminosos.


08

El Instituto de Cultura de Morelos presenta el Tercer Encuentro de Jazz Europa en Cuernavaca, en el que participarán artistas de Irlanda, Austria, Polonia, Suecia,  República Checa y Países Bajos. El encuentro musical se realiza del 9 al 30 de marzo, en el Teatro Ocampo.  
En el encuentro participan jazzistas de la talla de Gaynell Rose, el grupo Mamathoe, (filguer trio) Philware Trio, (daivid jelbock trio) David Helbock Trio, (grupo Odyo)Grupo Oddjob, (Marcin Guasiliski) Marcin Wasilewski y Saskia Laroo.
Las maravillas del Jazz son expresadas en su más alta plenitud por Gaynell Rose, quien desde su juventud canta y baila este género, motivada por su padre que la llevaba a los clubs locales a presenciar los eventos musicales.

Influenciada por los gigantes de la música como James Brown y Marvin, Gaynell empezó su carrera en una agrupación local y posteriormente formó como solista su propia banda llamada (ist cost) East Coast. Gaynell se presentó el viernes 9 en el Teatro Ocampo y puso a bailar al público asistente.

El miércoles 14 fue el concierto de Grupo Mamathoe (de la República Checa), un cuarteto creado en el 2011 a raíz de una de las giras de MOLE en Europa, duo formado por Mark Aanderud, pianista mexicano, radicado en Praga y el baterista argentino Hernan Hecht.
Parte de esa gira se completó con dos de los más destacados músicos checos, el saxofonista Marcel Barta, líder de innumerables agrupaciones, una de ellas Vértigo Quintet, y Tomas Liska, contrabajista que forma parte del galardonado grupo Points.

La química, afinidad personal y estética musical entre los cuatro miembros fue tal, que decidieron consolidar este nuevo grupo, quizás el primer proyecto de este tipo que se ha dado entre músicos latinos y checos. Este trío se presenta el miércoles 14.

Por otro lado, el viernes 16 se presentó Phil Ware Trío (Irlanda), agrupación que se formó en 2002. Desde el principio su intención era jugar con la cohesión y la unidad que sólo se logran con el ensayo constante. Rítmicamente la banda se basa en la tradición difícil de balanceo de la música; junto con un lirismo, se encuentra en los paisajes sonoros más abstractos del European Jazz Contemporáneo.

El trío ha participado en los principales festivales de jazz y clubes como el Ronnie Scotts, de Londres, Festival de Jazz Utsav, India, entre otras sedes.
Por otra parte, el sábado 17 se presenta David Helbock Trío (Austria), integrado por: David Helbock (piano), Raphael Preuschl (bajo) y  Herbert Pirker (batería). Con este trío escucharán sonidos salvajes provenientes del piano de David Helbock, junto con líneas de bajo en la bassukulele de Raphael Preuschl. Sonidos libres con percusiones groovys de Herbert Pirker en la batería. Escucharán sobre todo composiciones de David Helbock de su "Personal Realbook", donde escribió una pieza por día durante todo un año durante el 2009.
El miércoles 21 de marzo, a las 20:00 horas, se presentó el grupo Oddjob, que inició su trabajo a principios de este siglo cuando el saxofonista Per Johansson, el trompetista Goran Kajfeš, el pianista Daniel Karlsson, el baterista Jan Robertsson y el bajista Peter Forss (que habían acompañado a varios artistas) decidieron hacer su propia música juntos.
Hasta la fecha, Oddjob ha publicado cinco álbumes; el primero ganó el Premio Grammy sueco en la categoría “Mejor disco de jazz”. Oddjob ha ganado fama, tanto en Suecia como en el contexto internacional, por su mezcla suigeneris de jazz, rock, sonido electrónico, un pulsante beat duro y frágiles paisajes sonoros de ensueño, todo conjugado en un groove orgánico.
El sábado 24 de marzo, se realizará el concierto de Marcin Wasilewski Trio (anteriormente conocido como el Simple Acoustic Trio), que inició en la década de los noventa. Todavía siendo estudiantes de escuela secundaria de música en Koszalin, debutaron en 1991 acabando terceros en el concurso "Jazz Juniors" en Cracovia. Ese mismo año, Marcin Wasilewski, el pianista (líder del grupo) de dieciséis años, fue galardonado en el Concurso Internacional de Pianistas de Jazz en Kalisz '91. Dos años después, la banda ganó el primer premio en el Festival Internacional de Bandas de Jazz "Chorus '93" en Sorgues, Francia.
En 1996, Simple Acoustic Trio recibió el primer premio en el concurso de jazz en Getxo (España) y Marcin Wasilewski fue votado como el mejor solista del festival. En el mismo año el trío fue galardonado en el Festival de Jazz de Leverkusen, donde Marcin Wasilewski fue de nuevo elegido como el mejor solista.
 El viernes 30 de marzo concluye el Tercer Encuentro de Jazz, con la participación de Saskia Laroo. Fue en el año de 1979 cuando la jazzista se lanzó como profesional dando conciertos en vivo; en esa época tuvo el privilegio de contar con el llamado frecuente para acompañar al Saxofonista tenor Hans Dulfer, quien quedó impresionado por su talento; para 1981 Saskia se hizo parte formal de esta banda así como de la Upside Down Band de Rosa King que incluía en su alineación a una joven prodigio del saxofón llamada “Candy Dulfer”.
Durante los años de formación de su carrera también ganó mucha experiencia con las llamadas Músicas del Mundo, sobre todo de las raíces hispanas, caribeñas, brasileñas y africanas; a partir de estas influencias Saskia siguió ampliando sus horizontes. En 1982 Saskia formó su propia banda “Salsa Caliente”, entre 1986 y 1990 lideró la banda “Caribean Express” y entre 1990 y 1994 tocó con “The Caribean Colours”.
 Hacia 1994 Saskia sintió que había encontrado su propia voz, si bien ella había actuado como solista por primera vez en 1993, el año siguiente esto llegó a convertirse en la Banda de Saskia Laroo, tocando composiciones de su primer CD “It’s Like Jazz”. En 1995 Laroo dio a luz a dos nuevos grupos: “Salsa Bop”, quinteto de jazz latino y “Jazzkia” conocido también como el Saskia Laroo Jazz Quartet.
 El Instituto de Cultura de Morelos invita a disfrutar de este encuentro de jazz y el resto de las actividades culturales que trae para ti durante esta primavera. Consulta la cartelera Gozarte o el portal www.institutodeculturademorelos.gob.mx.



lunes, 12 de marzo de 2012

Seminario cultural Artetipos N0. 59.


Editorial
El que no tranza no avanza

Es un hecho que dentro de las diversas disciplinas del ámbito artístico se generan círculos y grupos con afinidades que pueden ir más allá del quehacer de la obra, lo que me parece bastante sano para el desarrollo psicosocial de dichos individuos; lo que no está tan sano ni limpio (y mucho menos “divertido” para los más) es que dichas afinidades, que en muchos casos trascienden la amistad, se vean involucradas o se utilicen de manera mediática para obtener premios, becas, contratos, intercambios, plazas y auspicios, entre muchos otros de los reconocimientos, incentivos y oportunidades que supuestamente ofrece el estado al gremio en general. Lo anterior, lo único que nos muestra es que el arte y la cultura no son –y nunca lo han sido- la excepción de la cloaca burócrato-burguesa, que reprocha a nuestra inteligencia la vida de aquellos que entre cocteles y “comiditas” -que la mayor parte del tiempo no son más que clubes de alabanzas mutuas- vivan adheridos a la cada vez más flaca y menos generosa “ubre del Estado”.


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Todo lo que digas se usará en tu contra
Adán Echeverría

Irregularidades en la entrega del premio Clemencia Isaura

Necesario es reconocer que la tecnología y los medios avanzan de una manera mucho más rápida que el pobre cerebro de muchos humanos. Las capacidades extra sensoriales no se activan con la misma rapidez que quisiéramos, y por eso damos al traste con nuestras intenciones, las más de las veces.
Las redes sociales tienen sus propias reglamentaciones que tienen que ser usadas siempre a tu favor, es algo así como los Diez Mandamientos de las Iglesias que todos juntos nos honramos de profesar, que están, las más de las veces, creadas para la protección de uno mismo al volvernos parte del Contrato Social.
Es así, mis compañeros que todo lo que escribamos y publiquemos en las redes sociales o en el mismo correo electrónico, así como en los chats, siempre puede ser usado en tu contra, por una simple razón: jamás tendrás la certeza de que el otro, el recipiendiario te tenga estimación, o use tu información de manera adecuada.
Casos ha que las estadísticas nos informan del número de infieles cachados en las redes sociales tanto como en los celulares. Yo en alguna ocasión el teléfono de una amante lo registré en mi celular como Amigo Tae, ya sabes, para que pareciera que mi Tae Amigo me mandaba un mensaje, y mi aquella de esos entonces no supiera que era “la otra” quien me llamaba o mensajeaba. Así las cosas, es muy cándido andar por la vida peleándose con el mundo, jugando a ser figura pública con ínfulas artísticas y creer que todos los otros son felices de mirar y valorar nuestro triunfo.
La envidia, el egoísmo, la ardidez pulula siempre en los cielos de la sociedad. Y está ahí, al acecho esperando el primer tropiezo para saltar sobre nosotros con sus garras, y despedazarnos públicamente.
Y entonces uno dirá, yo no fui, me hackearon, seguro se trata de otra persona seguro que le llamaron, pero ¿cómo iba yo a decirles “indios” a esas personas?, y así, tratando de justificar, bajo el slogan de lo políticamente correcto, el tropezón que nos echamos. Y ni maíz paloma, diría mi Tía Evelia, el que se lleva se aguanta. Y hay que poner duro el pechito, y reconocer que somos unos verdaderos zopencos.
Un gobernador de Yucatán lo dijo clarito en alguna ocasión: Si compraste magistrados para hacer tus tranzas, tienes que comprarlos a todos, no debe quedar uno solo. Y la tipa protestaba en su defensa, es que el magistrado quería el doble y hasta el triple del dinero que aceptaron los otros; a lo que su patrón le aclaró: estúpida, se lo das. Ahí está tu error, ahora como ese se enteró pero no lo compraste, salió a la luz todo el teatrito.
Y como ese ejemplo, miles hay que todos podemos sacar a la luz.
Bien, en el caso que hoy nos atañe, necesario es ponernos al día. Todo concurso está amañado, (el que no tranza no avanza, es la filosofía en que los mediocres crecen, pero… crecen y ese es su premio), y si sabemos que todo concurso está amañado, tenemos que mirar en claro: o conocemos a alguien del jurado, o nos arriesgamos a enviar nuestro trabajo pensando en que el dios de la ética se digne bajar de su marmoteado Olimpo. Lo cual, en el mayor número de los casos, no sucederá. Siendo así las cosas, los ganadores siempre dirán: de ardidos se quejan, las cosas son clarísimas, pues claro que en muchas ocasiones los escritores pueden conocer a los autores, no son millones los poetas que escriben en este México, apenas unos cientos,  (según el Mapa Poético, la puta vanidad, ja), y pues de alguna otra forma nos tenemos que conocer. Ah, dice el periodista, es cierto, dice el burócrata, mis huevos, dice el poeta que se siente víctima de la corrupción.
El escenario fue: el premio de poesía Clemencia Isaura que recientemente fue adjudicado al poeta Mijail Lamas (sin albur, por favor), y como jurados: Dalí Corona, Alí Calderón y alguien más, me parece que uno que fue ganador igual del premio, que responde al nombre de Álvaro Solís… lo que parece ser que se trató de todo el staff del proyecto virtual Círculo de Poesía.
De esta forma la acusación es: pero por supuesto que aquello de, libro firmado con seudónimo no cuadra, porque es notorio que los poemas de Lamas (con albur si lo desea), de alguna otra forma tienen que ser conocidos por los integrantes de jurado, que no sólo pertenecen al Círculo de Poesía, sino que además, se trata de todos becarios de la Fundación para las Letras Mexicanas.
Pongamos claro el caso, aceptemos y pensemos que el señor Lamas es un autor honesto, y que los miembros del jurado igual lo son, entonces el tímido Mijail, en su buhardilla y a escondidas de todos sus compañeros escribió, y no le dijo a nadie por pena, que participaba en este premio, por eso ninguno de los tres jurados supo que estaban premiando a su amigo. Claro que puede ser. Lo sostengo.
México es un país transparente. No importa que los burócratas que financian y organizan el premio son unos pobres zopencos que citan a un jurado, el cual está compuesto por chamacos de la generación del 80, o del 70, que no tienen los alcances para ser jurado. No. Sino que lo peor es que se trata de jóvenes que son amigos desde hace poco más de diez cinco años, y que conviven juntos noche y día, grupo al que el mismo poeta ganador pertenece.
No hagas cosas malas y las quieras hacer parecer como buenas, diría de nuevo mi Tía Evelia. Y no bastando, uno de ellos se apendeja, alguien los tuerce, y me llega al correo esto que alguien extrajo de algún correo electrónico:

Subject: RE: Celebraciones del Círculo de Poesía
Date: Mon, 7 Sep 2009 13:11:09 -0500

Perfecto. Sólo agradecería 2 cosas. Una: Se hiciera llegar un mapa/croquis del lugar donde será, ya llevo el Dalímovil (vehículo expropiado a mi mujer en estos 15 días que pasa jueras de la capirucha, y dos: Se nos informe si moramos en puebla o si terminando. cada chango a su mecate. 

Un abrazo fuerte. 

Dalí Corona

PD. Quien se quiera ir conmigo del DF hacia el convite, que avise, hay cuatro lugares. 
Ah, lo olvidaba. De a cuánto es la cuota pal para el partido.      

To: hiperboreos@hotmail.com; jair_cm@hotmail.com; el_oleaje@hotmail.com; masqueonce@hotmail.com; from_liverpool@hotmail.com; rmarquez_m@hotmail.com; aquihaytigreencerrado@hotmail.com; audomaro_h@hotmail.com; dali_corona@hotmail.com; testamoruna@gmail.com; ricardovenegas_2000@yahoo.com; opiumstears@hotmail.com; samuel_macobes@hotmail.com
Subject: Celebraciones del Círculo de Poesía
Date: Sat, 5 Sep 2009 19:03:10 +0000
Mis muy queridas damas de compañia y escorts:

como saben, tenemos dos o tres motivos para sentirnos muy contentos en estos días. Y haríamos mal, seríamos condenados por los dioses, si no los ofrendamos con un poco de vino, carne y algunos excesos.

la cosa es que el sábado 19 de septiembre haremos una pequeña fiesta en puebla. no hemos definido si vamos a las truchas de Atlimeyaya, al pie de los volcanes, o vamos a Ayoa, un poco más allá de Atlixco, o nos quedamos en mi casa. El meteorológico definirá el asunto.
La onda es que hagamos unas carnes asadas. y Que Mijail, que ha demostrado ser versado en el asunto, las ase.

El chiste es que estemos contentos, juntos, bebiendo, siendo felices como siempre hemos sido y debemos seguir siendo. Lo de siempre.

Pues respóndanme a este correo para leer que aceptan y que nos encontramos pronto para comer, beber, grabar algunos poemas en video y subirlos al círculo y a palabra virtual. 
Un abrazo a todas, grande muy.

Alí.

cel: 0442223544433

Círculo de Poesía-Revista electrónica de literatura


El primero es una respuesta del poeta Dalí Corona, respondiendo el segundo correo (que por tiempo es el primero), que está firmado por Alí (Calderón), y usted que es tan ducho, pues puede reconocer muchos de los correos electrónicos a los que fueron enviados.
Bien, pues, segurísimo que de ahí salió el hacker, que producto de sus enojos, o buscando una suerte de complicidad con la sociedad cultural poética, hoy los expone.
Quien me envía a mí el correo, eso es lo de menos, la lectura está ahí, dos jurados platicando sobre los vericuetos culinarios de Mijail Lamas (ese que ganó el Clemencia Isaura y al que quisimos calificar de tímido para sus poemas).
Lea con cuidado. Yo lo hice, porque igual me parece todo esto, fruto de una trapacería más de los mismos involucrados, que en vez de hacer poesía, se dedican a crear sus fantasmas de la mafia que les genere nuevas audiencias. Si no puedo como poeta, pues al menos como chisme a lo Chapoy, se dicen.
Entendido queda aquello de: que se arruinen solos. Junto con el clarísimo: Es el tiempo el que pondrá en su lugar a los poemas, que nunca los poetas. A mí, como a usted, queridísimo lector, eso de las trampas de los premios literarios, nos viene valiendo madre. Pero una cosa es muy clara: el dinero que se entrega forma parte del presupuesto federal o estatal, que de alguna u otra forma, representa impuestos que le quitan a ellos (si trabajan) a usted y a mí.
La pregunta, entonces compañeros, es ¿si las autoridades que organizan y convocan el Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura dilapidan por torpes el presupuesto que se les asigna, o lo hacen con dolo porque recibieron su pequeña tajada? Porque una cosa es que un jurado se lleve con el ganador, y otra muy diferente que los tres jurados y el ganador sean del mismo grupo. No me extrañaría entonces que el organizador, sea un poeta y que sea muy amigo también de los poetas que fungieron como jurados y con el ganador. Ouch, ¿será?
¿Alguna vez este tipo de casos que son tan frecuentes en la literatura mexicana nos permitirán ver que al ganador se le retire el premio? ¿Sería un acto de justicia?
Como dice el poeta: Cómo me dan pena las abandonadas, que amaron creyendo ser también amadas.


04-05




 
Arturo Gutiérrez Luna

Mi vida es una herida de juventud dichosa.
Miguel Hernández

Conjeturo que la poesía inmediata de Miguel Hernández se emparenta con la filosofía para la vida cotidiana que la escuela francesa de pensamiento entregó al mundo. Para apoyar la anterior tesis, habremos de explicar el concepto de poesía inmediata en Miguel Hernández, en especial en sus obras El rayo que no cesa, Viento del pueblo, Cancionero gitano, Cancionero y romancero de ausencias, Poesías últimas, 1933-1941. Poemarios todos de la más alta facturación. Libros profusamente inteligentes. Textos profundamente personales como universales. Según mostraré en las siguientes páginas, las composiciones de este poeta son escritura inmediata y se encuentran emparentadas con la filosofía práctica.
¿Poesía que hable del presente próximo a mí y a ti? Tal es una de las premisas de la poesía española de principios de siglo XX. En ella el pensamiento, la inspiración, las intentonas transitan hacia la experiencia, hacia la realidad, construyendo así puentes de interacción mutua. A ese respecto, Arturo Souto explica que:
Para los críticos y los historiadores literarios, la recién pasada centuria puede compararse en número y calidad de obras poéticas al periodo clásico; si en él destacan Garcilazo, Fray Luís, San Juan, Góngora, Quevedo, Calderón, Sor Juana y tantos otros poetas extraordinarios en el siglo XX se congregan, en un breve trecho de tiempo, poetas no menos notables: Antonio Machado, Juan Ramón, Lorca, Alberti, Salinas, Jorge Guillén, Luís Cernuda, Miguel Hernández,… es decir una serie de generaciones que sitúan a la poesía española entre las primeras del mundo.[1]
Suscribimos íntegramente esta percepción del Dr. Souto; reconocemos con él que existe una alta calidad en la producción de estos siglos. Para ilustrar esta fragua de calidades entre ambos siglos baste la contrastación de unos versos de Miguel Hernández con los de Francisco de Quevedo. El primero expresará:
Aquí está la basura
En las calles, y no en los corazones.
Aquí todo se sabe y se murmura.[2]

Comparable en temática y en tono al poema de Quevedo:
Aquí murmuran los arroyos
Porque han dado en perseguirlos:
Que hay muchos de buena lengua,
Bien hablados y bien quistos.[3]
Admiramos igualmente, que ambos compiten de tú a tú. Nadie sale vencedor, porque los dos siglos destellan sus armas con análoga destreza y sagacidad.
La vida es un cigarrillo,
Hierro, ceniza y candela
Unos la fuman de prisa
Y algunos la saborean.
Manuel Machado
La poesía española de principios de siglo XX canta sus liras comprometidas con ensalzar su utilidad vital y se despliega desde el arraigo en la vida práctica.
En el mismo sentido, a Antonio Machado lo identificaremos con reflexiones sistemáticas de la vida inmediata. De ahí que Machado haga cantar con sabiduría a su personaje Mairena:
(Mairena, en su clase de Retórica y Poética)
-Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: “Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa.” El alumno escribe lo que se le dicta.
- Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
- El alumno, después de meditar, escribe: “Lo que pasa en la calle.”
- Mairena. – No está mal.[4]
El epígrafe de Antonio Machado que antecede a la discusión en estas páginas enseña que la actividad poética puede y debe suspenderse en el aquí y ahora. Aporta un aurea de inmediatez a sus cantos. La propia obra poética de Machado apuntaría en ese sentido. Especialmente, Campos de Castilla se inscribe en tal tentativa. [5]
Desde la perspectiva que nos invita a pensar Souto, las cosas no podían aparecer más claras. Se trata de una generación y una literatura entreverada con la vida misma, con la circunstancia, con el entorno, con el presente:
Los escritores del 98 son un grupo de más o menos amigos compartiendo una común actitud ante el Desastre, en efecto, una generación literaria. Se adentran en lo nacional y lo castizo, son sobre todo intelectuales y reflexivos. En suma: prefieren el fondo sobre la forma. [6]
En ese sentido, Miguel Hernández reivindica, ejerce y refresca la lira mestiza, Por su parte, Antonio Machado se desvive por las acciones simples que nos definen. Ambos convergen, sin embargo, en exaltar la armonía y confluencia de nuestros diarios avatares, menores y próximos. Sin embargo, por antonomasia, Miguel Hernández es el poeta de lo cotidiano.
Pero volví en seguida,
mi atención a las puras existencias
de mi retiro hacia la ausencia atento,
y todas sus ausencias
me llenaron de luz el pensamiento.
A esta generación de escritores le interesa poner en claro la poesía de la calle, de la cotidianeidad. Durante la infancia Miguel Hernández asiste a tertulias, se echa sobre costales a leer El Quijote, mientras escucha las discusiones de los asistentes. Es la época en que Ramón Sijé, su entrañable amigo, le provee de libros en préstamo o regalo. En su juventud, amanece poeta y canta a su pueblo, a su provincia.
Luis García Montero reivindica a Hernández consciente de su paso efímero por la vida, quien sin embargo, atreve atisbos en que se decantan por igual una catarata de pensamiento y poesía.
Miguel Hernández escribió mejor en la culpa y la necesidad que en el himno y la certeza. El desvalimiento sexual y la miseria afectiva consolidan la maestría formal de su carnívoro cuchillo y de su rayo amoroso. En un cuaderno escolar va copiando breves poemas escritos con dificultad, maravillosos poemas que suponen una renovación originalísima del neopopulismo que tanto habían utilizado Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27. [7]
Su obra Perito en lunas, cargada de reminiscencias castizas, rústicas y rurales, fue abriendo la senda de la consolidación poética a la que aspiraba desde joven. Esta obra le fue presentada por Hernández a García Lorca, quien advirtió en ella un zarpazo de tigre preso. Lo cierto es que Miguel Hernández intimó con él, tanto que, a cierto tiempo de aparecer el libro, le escribió quejándose acerbamente de la indiferencia de los críticos, carta a la que García Lorca contestó con palabras consoladoras. Le dice:
No se merece Perito en lunas un silencio estúpido, no. Merece la atención y el estímulo y el amor de los buenos. Eso lo tienes y lo tendrás porque tienes la sangre de poeta y hasta cuando en tu carta protestas tienes en medio de cosas brutales (que me gustan) la ternura de tu luminoso y atormentado corazón.
Miguel Hernández expresa en las obras tempranas una composición, una lira y pensamiento asentados en lo inmediato. Llegamos a notar incluso un arraigo en lo adyacente. Poesía de mí. Poesía de ti. Poesía para aquí, para ahora, conmigo y contigo. Poesía mía y al mismo tiempo de todos. Se trata, en todo caso, de una poesía para la vida cotidiana.
A ese respecto, el poeta Hernández lo expresará contundentemente: “Me dedico única y exclusivamente a la canción y a la vida de tierra y corazón adentro.”[8] Ese corazón adentro reivindica la entrañable tierra en la que vive el poeta. Significa una valoración de las experiencias que le tocó vivir.
Miguel Hernández escribió el poemario perfecto cuando dio al público El rayo que no cesa:
¿No cesará este rayo que me habita
El corazón de exasperadas fieras
Y de fraguas coléricas y herreras
Donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta tarea estalactita
De cultivar sus duras cabelleras
Como espadas y rígidas hogueras
Hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
De mí mismo tomó su procedencia
Y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
Y sobre mí dirige la insistencia
De sus lluviosos rayos destructores. [9]
El rayo que no cesa expresa la imaginería ante la cotidianeidad. Los hechos más sencillos son planteados como respuesta y denuedo, como pasión que se aviva, como estatización del entorno. Se trata de una obra de aliento superior, una pieza de orfebrería sutil, un dispositivo de exactitud sublime en la que el carcelero sonetístico es burlado. En estos versos la pasión se desborda y echa a andar en cualquier dirección, con tal de avanzar. Reclama para ello la experiencia de la libertad. Asume un camino que se renueva a cada trecho.
Miguel Hernández definirá su poética en los siguientes términos: “Se necesita ser minero de poemas para ver en sus etiopías de sombras sus indias luces.”[10] El halo de misterio aclara que su poesía no es encomienda de ingenuos. El ingenio es exigible, tanto como la tensión métrica. En este sentido, reivindica la confección sutil del oidor de las estrellas y luna.
Destaca en esta poética el incansable e insobornable afán de enaltecer al campo, con lo que se determina su poesía de la vida libre, sencilla y rica. Sus versos exaltan la vida, afrentan a la muerte, la asedian y la persiguen. En sus líneas no deja lugar al estupor, al pavor, sino a la valentía. El poema de Hernández dice:
Quiero morirme riendo,
no quiero morirme serio;
y que me den tierra pronto…
pero no de cementerio.
No quiero morir –dormir-,
no quiero dormir muriendo
en un estéril jardín…
¡Yo quiero morir viviendo! [11]
Morirse no es un fin de la vida sino una experiencia como otras. En su épica de lo cotidiano, la vida vence a la muerte. No descubrimos miedo, estupor, sino gallardía. Canto a la vida, denostación de la muerte, celebra a las oportunidades abiertas, a las posibilidades, al horizonte cargado de futuro.
Leo un fragmento del libro Vientos del pueblo, del cual José Manuel Caballero Bonald expresara que “se trata de uno de los libros más emocionantes, limpios y fervorosos que ha producido la poesía española en la primera mitad del siglo XX”.[12] Dicen los versos:
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me avientan la garganta.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba. [13]
La admiración por este modo de vida con énfasis en el presente hace cuestionar lo prominente de las hazañas y heroísmos inalcanzables. La piedad y el amor se hermanan en las inmortales páginas del poeta alicantino. Así, Miguel Hernández prefigura una crítica del grandilocuente canto épico al modo de Hölderlin.
Si te suelto
en el aire,
oh limón
amarillo,
me darás
un relámpago
en resumen.

Pensamiento de aquí, de ahora, de nosotros. Es catarata de pensamiento y poesía deambulando en El hombre acecha y en Cancionero y romancero de ausencias. En estos poemarios, se sucede incontenible el canto para el consuelo del sentimiento trágico de la vida. Los hechos cotidianos, y su impacto en nosotros, cobran importancia en sus versos. Lo íntimo sale a la luz, de manera que las preocupaciones del día a día las desbordan y encuadran. Los problemas locales son sublimados, en el problema fundamental del hombre ¿Cómo llevar la vida?
Pintada no vacía:
Pintada está mi casa
Del color de las grandes
Pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
A donde fue llevada
Con su desierta mesa,
Con su ruinosa cama.
Florecerán los besos
Sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
Elevará su sábana
Su intensa enredadera
Nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
Detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza. [14]
La crónica inabarcable del mundo cotidiano que circunscribe al poeta así lo atestigua. Se canta al pozo; se revela un camino; aparece mostrado el arrollo; se interesa en desprender la memoria, en oposición al vértigo de la civilización. Hay un incesante e inextinguible desperdigamiento de rememoraciones. Cualquiera referiría a sus cosas personales si se tratara de rememorar el hogar. Nos hace pasar de la casa en general al hogar entrañable e íntimo que nos alberga.
El poeta va del amor hasta enfrentar a la guerra, pero para despreciarla. Si escribe de sus entrañas y entuertos es para rechazarla. Sus poemas de la guerra aparecen como exaltación de la vida en medio del desgarramiento que procrea entre trincheras, barracas y pantanos inhóspitos. Es ante todo himno de paz, de amor, de vida y esperanza.
Tristes guerras,
Si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
Si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
Si no mueren de amores.
Tristes, tristes. [15]
En innumerables páginas no queda duda de su pronunciamiento contra la guerra. El poeta ha experimentado en carne propia lo que ello significa, de manera que su aborrecimiento es genuino y se constituye en un canto a la paz. Es la reflexión poetizada sobre la existencia del hombre. Según la opinión de José María Balcells, esta obra se enmaraña con sentimientos encontrados. “Un oscuro presagio funeral flota de continuo sobre el palpitar del poeta, y el vivir, el amar y el morir pugnan con idéntica insistencia por dominar su aliento.”[16]
Adicionalmente, es preciso referirnos a la discusión filosófica de la época, por supuesto conocida por el poeta. El mismo James en Pragmatismo afirma que:
Esa filosofía que es tan importante para cada uno de nosotros no es una cuestión técnica, sino nuestro sentimiento, más o menos inarticulado, de lo que auténtica y profundamente significa la vida. Sólo se obtiene parcialmente de los libros; es nuestro modo individual de percibir y sentir todo el empuje y la energía del cosmos. [17]
En sintonía con James, en la obra Del sentimiento trágico de la vida Unamuno afirma algo en este sentido que podría recordar el principal objetivo de la filosofía pragmatista, porque para Unamuno el “hombre de carne y hueso” es, al mismo tiempo, el principal objeto y el sujeto de la filosofía. Asimismo, “los pragmatistas piensan que una filosofía que se aparte de los genuinos problemas humanos (…) es un lujo que no podemos permitirnos”. [18]
En efecto, también cree Unamuno que la filosofía debe estar al servicio del hombre concreto porque es éste mismo el quien filosofa. El mismo Miguel de Unamuno, en 1913, afirma que la filosofía no es algo abstracto, distante y ajeno:
Así como un conocimiento científico tiene su finalidad en los demás conocimientos, la filosofía que uno haya de abrazar tiene otra finalidad extrínseca, se refiere a nuestro destino todo, a nuestra actitud frente a la vida y al universo. Y el más trágico problema de la filosofía es el de conciliar las necesidades intelectuales con las necesidades afectivas y con las volitivas. [19]
William James y Miguel de Unamuno son los máximos ejemplos de su propia actitud: de su afán por articular el pensamiento y la vida. Para William James una idea es verdadera si es verificada por la experiencia —vida—, para Unamuno, el criterio de la verdad es la vida: “me escribe rogándome aclare o amplíe aquella fórmula que allí empleé de que debe buscarse la verdad en la vida y la vida en la verdad”. [20]
Miguel Hernández, lector atento, participa de la atmósfera intelectual y libre del orbe abstracto y huyendo también del pensamiento aletargado de teorías, en el pueblo hablará de frente, ante sus oídos confesará en sovoz sus cuitas, junto a su andar, deambulará los sueños. Se expresa la poética de corazón adentro que suscribe en las palabras de una dedicatoria a Vicente Alexandre:
A nosotros, que hemos nacido poetas entre todos los hombres, nos ha hecho poetas la vida junto a todos los hombres. Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pensar soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas. Hoy, este hoy de pasión, de vida, de muerte, nos empuja de un imponente modo a ti, a mí, a varios, hacia el pueblo. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidos al pie de cada siglo. [21]
En el pueblo se sentirá a sus anchas. El poeta esperará lectores en el pueblo. Se reconocerá en la entraña de su savia. Únicamente en él descansará las armas. En este contexto, la guerra es el monstruo al que debe apresarse. Monstruo de mil cabezas que mientras se mueve desmorona ilusiones y utopías.
Llegó con tres heridas:
La del amor,
La de la vida,
La de la muerte.
Con tres heridas viene:
La del amor,
La de la vida,
La de la muerte.
Con tres heridas yo:
La del amor,
La de la vida,
La de la muerte. [22]
La de Miguel Hernández no fue una vida breve, sino intensa. Espléndida, radiante, regocijada y astuta. Nunca brumosa, sino insumisa. Juan Ramón Jiménez salva al poeta de la ignominia, cuando le dedica las siguientes palabras:
Los poetas no tenían convencimiento de lo que decían. Eran señoritos, imitadores de guerrilleros, y paseaban sus rifles y sus pistolas de juguete por Madrid, vestidos con monos azules muy planchados. El único poeta, joven entonces, que peleó y escribió en el campo y en la cárcel fue Miguel Hernández. [23]
Todo a su alrededor tiembla, se estremece y resplandece. Le interesa el himno de la circunstancia, no el de la exaltación épica. Se convierte en un prosélito de la comarca. Escribirá de la tierra, del aquí, del ahora. En “Llamo a los poetas”, su mejor poema escrito en tiempos de la guerra, Miguel Hernández se confiesa un ser solitario, necesitado de cariño. Sólo el amor hace la restauración propicia en esos días aciagos:
Tu risa me hace libre,
Me pone alas.
Soledades me quita,
Cárcel me arranca.
Boca que vuela,
Corazón en tus labios
Relampaguea. [24]
Como hemos intentado mostrar, Miguel Hernández apuesta por desafiar el carnívoro cuchillo con el rayo amoroso que no cesa. El amor lo salva definitivamente del olvido, del dolor, de la cárcel y de la muerte. Sus versos suenan a pensamientos nuestros, al reflexionar habitual, a próximos entusiasmos y sencillos placeres.
Reconcilia en catarata poesía y pensamiento que estimen y, asimismo, amen la vida cotidiana para degustarla consuetudinariamente, sin prisa, pero también, sin pausa.
Bibliografía
A. A. V. V.,
Antología de la generación del 98, Selección, estudios y notas por Agustín Muñoz-Alonso López, Madrid, Santillana 1996, 176 pp.
Berrocal, Alfonso,
“Miguel Hernández y María Zambrano. Lectura de un poema y una artículo”, consultado el 13 de marzo del 2010, en internet en: http://www.miguelhernandezvirtual.com/xml/sections/secciones/biblioteca_virtual/pdf/actas_ii/relaciones_literarias/30alfons.pdf
Hernández, Miguel,
El rayo que no cesa,
Viento del pueblo,
Cancionero gitano,
Cancionero y romancero de ausencias,
Poesías últimas, 1933-1941
Machado, Antonio,
Poesía y prosa. Biografía. Barcelona, Editorial Bruguera 1984, 576 pp. Edición de José Luís Cano.
[1] Véase Arturo Souto Alabarce, “Introducción a la poesía española del siglo XX”, en CIDHEM Boletín Informativo del Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos, Año 3, Núm. 8, diciembre 2008, pp. 5-6, p. 5.
[2] Miguel Hernández, citado por José María Balcells, Miguel Hernández, Barcelona, Editorial Teide 1990, 138 pp., p. 46.
[3] Francisco de Quevedo, Obras Completas. Poesía Original. Edición de José Manuel Blecua, Barcelona, Planeta 1963, p. 860.
[4] A. A. V. V., Antología de la generación del 98, Selección, estudios y notas por Agustín Muñoz-Alonso López, Madrid, Santillana 1996, 176 pp., p. 122.
[5] Véase Antonio Machado, Antología poética. Incluye Campos de Castilla, Barcelona, Editorial Óptima 2001, 206 pp. Y Selección poética de Antonio Machado, México, Editores mexicanos unidos 1990, 120 pp.
[6] Arturo Souto Alabarce, “Introducción a la poesía española del siglo XX”, opus citatus, p. 6
[7] Luís García Montero, “El tiempo amarillo”, en Revista El País semanal, núm. 1745, Domingo 7 de marzo del 2010, p. 48.
[8] Cfr. José María Balcells, opus citatus, p. 58.
[9] Miguel Hernández, El rayo que no cesa, pp. 362-3.
[10] Miguel Hernández, citado por José María Balcells, Miguel Hernández, opus citatus, p. 34.
[11] Miguel Hernández, El rayo que no cesa, p. 371.
[12] José Manuel Caballero Bonald, citado por Alfonso Guerra en “El político. Inocencia y compromiso”, en Revista El País semanal, núm. 1745, Domingo 7 de marzo del 2010, p. 42, supra.
[13] Miguel Hernández, Vientos del pueblo, p. 67.
[14] Miguel Hernández, El hombre acecha. Cancionero y romancero de ausencias, edición, introducción y notas de Leopoldo de Luís y Jorge Urrutia, Barcelona, Nueva Estafeta 1979.
[15] Miguel Hernández, Cancionero y romancero de ausencias, opus citatus, pp. 635-6.
[16] José María Balcells, Miguel Hernández, opus citatus, p. 34.
[17] W. James, Pragmatismo, pp. 55-56.
[18] José Nubiola, “Pragmatismo y relativismo”, p. 52.
[19] Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida, Barcelona, Editorial Origen 1983, p. 118.
[20] Miguel de Unamuno, “Verdad y vida” (1908) en Mi religión y otros ensayos, p. 264.
[21] Miguel Hernández citado por Alfonso Guerra en “El político. Inocencia y compromiso”, en Revista El País semanal, núm. 1745, Domingo 7 de marzo del 2010, p. 42, infra.
[22] Miguel Hernández, Cancionero y romancero de ausencias, opus citatus, p. 618.
[23] Juan Ramón Jiménez citado por Alfonso Guerra, opus citatus, p. 43.
[24] Miguel Hernández, Cancionero y romancero de ausencias, opus citatus, p. 654.

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Arribaron cinco autores
peruanos al Museo del Escritor

La Embajada del Perú entregó acervo cultural de Ciro Alegría, Manuel Scorza, Leónidas Yerovi, Nicolás Yerovi y Luis La Hoz, quienes se unirán a un sinnúmero de escritores incas que ya se encuentran en el recinto.
El Museo del Escritor recibió recientemente obras de los autores peruanos Ciro Alegría, Manuel Scorza, Leónidas Yerovi, Nicolás Yerovi y Luis La Hoz, con las que se acrecentará el acervo literario de aquel país, al añadirse a una serie de autores cuyas obras ya están se encuentran en el recinto como son Mario Vargas llosa, José B. Adolph, César Vallejo, Ricardo Palma, Oswaldo Reynoso y Washington Delgado, entre muchos otros.
La donación se realizó el pasado jueves primero de marzo, por la Embajada de la República del Perú en coordinación con la Fundación René Avilés Fabila, promotora del Museo del Escritor, y la Delegación Miguel Hidalgo del Distrito Federal, que dio albergue al recinto.
Ciro Alegría Bazán (Marcabal Grande 1909 - Lima 1967), fue un novelista, político y periodista, alumno de César Vallejo y militante de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), que le costó dos estancias en prisión (en 1931 y en 1933) y su posterior exilio en Chile en 1934. Es uno de los máximos representantes de la narrativa indigenista.
En ese periodo escribió la parte más significativa de su obra y ganó tres premios literarios con otras tantas novelas que lo consagraron como novelista: La serpiente de oro (1935); Los perros hambrientos (1938) y El mundo es ancho y ajeno (1941); también publicó un libro de cuentos: Duelo de caballeros (1963).
A su muerte, su esposa publicó dos novelas inconclusas tituladas Lázaro (1972), de contenido político, y El dilema de Krause (1979). También conviene destacar sus colecciones de relatos: Panki y el guerrero (1968); La ofrenda de piedra (1969), relatos andinos; Siete cuentos quirománticos (1978), escritos en Estados Unidos y Puerto Rico; y El sol de los jaguares (1979), relatos amazónicos. En 1976 aparecieron unas memorias bajo el título Mucha suerte con harto palo.
Manuel Scorza Torres (Lima 1928 – Madrid 1983) fue novelista y poeta de la Generación del 50, de extraordinaria vitalidad y lucidez frente a los más acuciantes problemas de la sociedad peruana en ese entonces. Uno de los más altos narradores perteneciente al Indigenismo o Neoindigenismo peruano, junto con sus compatriotas Ciro Alegría y José María Arguedas.
Ganó los dos primeros premios en los Juegos Florales del IV centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956) por "Las Imprecaciones", su primer poema, publicado en México tres años antes.
En su obra narrativa, encuentra el espacio ideal para expresarse sobre los problemas sociales del Perú como "Redoble por Rancas", la "Balada" (igualmente llamado "La Guerra Silenciosa"); "Historia de Garabombo el Invisible" (1972), "El Jinete Insomne" (1977), "Cantar de Agapito Robles" (1977) y "Tumba del Relámpago".
Dejó de existir a los 55 años, en el momento en que su obra estaba en su apogeo después de publicar su última novela, "La Danza Inmóvil". En la aurora del 28 de noviembre de 1983, el Boeing en que viajaba se estrella antes de llegar al aeropuerto de Barajas (Madrid).
Sergio Nicolás Leónidas Yerovi Douat (Lima 1881 – Lima 1917) fue un poeta, dramaturgo y periodista autodidacta. No pasó por universidad alguna. Toda su vida lo dedicó al periodismo y a la literatura. Murió asesinado frente al local del diario La Prensa de Lima, donde había trabajado ininterrumpidamente desde 1903.
Su soneto "Recóndita" fue convertido en vals cambiándole de nombre, llamándolo unas veces "Golondrinas" y otras "Amor bohemio".
Además del periodismo y la poesía que fueron publicadas bajo el título de Poesías líricas (1921), incursionó en la dramaturgia con obras como La de cuatro mil que fue un sonado éxito tanto de público como de la crítica; Álbum Lima (1904), Tarjetas postales (1905), Domingo siete (1907), La salsa roja (1912); y La pícara suerte (1913).
Leonidas Nicolás Ramón Yerovi Díaz (Lima 1951) es un poeta, periodista, dramaturgo, novelista y humorista, nieto del poeta Leonidas Yerovi. Director de Monos y Monadas, Semanario festivo y de caricaturas, fundado y dirigido en 1903 por su abuelo, que fue clausurado en 1993 por el gobierno de Alberto Fujimori.
Entre sus obras poéticas se cuenta Mapa de agua (1971), Crónica de ciego (1973), Después del vino (el amor o la siesta) (1974), Penetrándote (1976), Quiero morir soñando (1978). En colaboración con Luis La Hoz, Sol sin Dios (1982).
Y entre sus novelas: Más allá del aroma (Bogotá, 1998). Su circulación en el Perú fue prohibida por la dictadura en represalia por sus críticas periodísticas al régimen dictatorial. La casa de tantos (Bogotá, 2001), Serie Las aventuras del detective Mariano Bidasoa: El caso de La Tarjeta amarilla (Lima, julio del 2004), El caso de El Hombre Engaña (Lima, octubre del 2004). También es autor de varias obras teatrales.
Luis La Hoz (Lima 1949). Poeta, editor y promotor cultural. Su obra poética consta de: Ángel de hierro (1984), Los setenta (1985), Los adolescentes (1987), El antiguo ardor (1993), la antología personal Oscuro y diamente (1998), Los poemas de Federico (2003), Una flor amarilla (2004), Geografía inútil (2006) y Cosa de nadie – 100 poemas (2010). En 1989 publicó Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.  33 poetas suicidas, antología copiada luego en Madrid y Bogotá. En 2007 publicó un nuevo trabajo antológico: 10 aves raras de la Poesía Peruana.