lunes, 27 de febrero de 2012

Seminario cultural Artetipos No. 58


02

EDITORIAL

Finnegans Wake es una novela cómica del autor irlandés James Joyce, notable por su estilo experimental y su reputación de ser uno de los libros más difíciles de la literatura en idioma inglés. Fue escrito en París a lo largo de diecisiete años, durante los cuales se publicaron varios fragmentos bajo el nombre de “Work in Progress”; la obra finalizada se publicó en 1939, dos años antes de la muerte de Joyce. El libro en su conjunto está en gran parte escrito en un lenguaje idiosincrático, que consiste en mezclar formas del inglés estándar y juegos de palabras multilingües llenos de neologismos y crasis, que según varios críticos buscan recrear las experiencias oníricas. Debido a la magnitud del empleo de recursos lingüísticos como el monólogo interior a sus alusiones literarias, la asociación libre, y su abandono de las convenciones de la trama y la construcción de los personajes, Finnegans Wake sigue siendo un libro difícil de abordar. Por todo lo anterior, esta novela de Joyce ha sido considerada como uno de los intraducibles, ya que en el intento muchos han malinterpretado o desvirtuado el significado tanto lingüístico como simbólico de la obra. Es por eso que en esta ocasión ofrecemos a nuestros lectores fragmentos de una traducción en la que está trabajando actualmente el escritor morelense Juan Díaz Victoria, a quien agradecemos la colaboración y la labor que está haciendo al acercarnos este material de tan difícil acceso.


Artetipos
Ricardo Ariza
Editor

La importancia de las publicaciones de arte y cultura radica en que nos permiten acercarnos a un determinado estado  del campo intelectual. El proyecto editorial Artetipos es un espacio de encuentro entre diversas expresiones. Nuestro objetivo es hacer llegar a múltiples y diversos lectores contenidos de reflexión y creación. Con entrevistas, artículos, editoriales, cuentos, poemas, fotografía, ensayos, crítica y colaboraciones diversas pretendemos proporcionar información que divulgue datos, semana a semana, para que el lector pueda, a través de una emergente ventana, despertar su propio interés por los temas del arte y la cultura. Una de las mejores vías para ayudar a "pensar en el problema" es ofrecer la mayor información posible a los pueblos. Es sabido que en México la gente lee pocos libros, en este punto, las publicaciones culturales ofrecen una solución a aquellos que no pueden acceder a mayores profundidades del conocimiento.
Nuestra publicación es impresa y se inserta como suplemento cultural los días lunes en el diario La Opinión de Morelos.
Dice la página de la Unesco: “En el contexto de la comunicación planetaria instantánea y la mundialización existe el riesgo de una estandarización de la cultura. Sin embargo, para existir cada persona necesita dar testimonio de su vida diaria, expresar su capacidad creativa y preservar los trazos de su historia. Esto solamente es logrado a través del patrimonio cultural”. Es aquí en donde el seminario cultural Artetipos es reflejo de la expresión tanto individual como colectiva en cuanto a quehacer cultural y artístico. Por eso publicamos tanto a autores noveles como consagrados, para dialogar a través de las páginas en diversos tonos, que quizá encuentren un par de ojos críticos lectores.
Por otro lado, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, desgranó precisas palabras para identificar riesgos latentes. "La dominación no empieza por lo económico; empieza por lo cultural", dijo para señalar a continuación: "El sistema es jodido, pero inteligente".

En el Club de los Elogios Mutuos
Ricardo Ariza

No es extraño que los candidatos de los distintos partidos políticos dejen de lado la importancia de discutir seriamente sobre proyectos culturales. Ellos creen que estos temas no son redituables (excepto por los votos que generaría el gremio). Celebran reuniones del Club de los Elogios Mutuos y sólo buscan salir en la foto. Estos coqueteos de los políticos con los miembros de la cultura y el arte significan lo mismo que las cenas -en donde se sirve caviar a los comensales - de beneficencia a favor del combate la hambruna en la sierra Tarahumara. Es decir, pura paradoja.
Ya bastante manoseado está el gigantesco tropiezo de Peña Nieto con sus declaraciones (cual caballo resbalando en un iceberg –Eduardo Hurtado dixit-), en donde evidenció que la lectura –por ende el arte y la cultura- le valen madres. Sin embargo, se debe insistir en que la lectura ayuda a los seres a ser capaces de “matizar” los problemas. Nada es sólo en blanco y negro. No imagino a ninguno de los candidatos tener la capacidad de discutir y analizar los múltiples y serios problemas con sus colegas internacionales. Puras pifias saben hacer.
En México no están dadas las condiciones para hacer de este tema un eje fundamental de Estado. Cultura para ellos es turismo, es decir, espectáculo.
En cuanto a nuestro estado toca, resulta imprescindible que la comunidad artística y cultural dialogue la posibilidad de crear una Ley sustentable que permita el mejor desarrollo de este gremio. Debe ser responsabilidad de los promotores culturales crear un proyecto que obligue a las autoridades a estar atentas a las demandas de los distintos grupos. Pero recalco, es importantísimo que sea la comunidad artística quien abone sobre estos temas.
Necesitamos el ejercicio de pensar nuestra realidad, sea como ésta sea, es la que tenemos y de ahí debemos partir. Muchas de las desigualdades en nuestro país se han generado por la equívoca manera de enfocar nuestras problemáticas nacionales, al buscar soluciones que sólo funcionan en otras naciones.
El Estado no será lo que debe ser hasta que todos demos el paso hacia la responsabilidad común. Hasta que no podamos visualizar el presente no podemos ver nuestro futuro. El estado es el individuo mismo, por eso debe procurarse el crecimiento del ser y la comprensión cosmogónica del otro. Como la antigua Grecia lo hacía con la Paideia. El niño se convertirá en ciudadano. No se educan niños o niñas, se educan ciudadanos.
El problema es de todos. No podemos simplemente confiar en las buenas voluntades de los líderes, ni políticos, ni religiosos o filosóficos.
Para evitar en un futuro cercano designaciones arbitrarias en cuanto a las riendas del Instituto de Cultura de Morelos, los artistas deben participar, manifestarse, y pronunciarse por aquellos hombres o mujeres que tengan la capacidad de realizar un esfuerzo notable, que coloque al Estado de Morelos en la punta de lanza de una transformación cultural. Es con nuestra participación como podemos evitar que el cargo de director sea un premio, regalo, o castigo para los funcionarios públicos. Se requieren personas realmente comprometidas con el avance de las producciones artísticas y culturales en todos los rubros.
En el seminario cultural Artetipos estaremos tocando el tema. Hasta el momento, ningún candidato o aspirante a la gubernatura ha podido realmente convocar al amplio gremio de artistas, y aunque uno que otro sostiene reuniones con trabajadores de la cultura, ni de lejos esto significa que representen a la comunidad en Morelos.

03

Rinden homenaje a Thelma Nava
La poeta  Thelma Nava, cuya lírica ha sido incluida en cerca de 30 antologías nacionales e internacionales, entre ellas Poesía en Movimiento de Octavio Paz, recibió un homenaje nacional en el marco de la XXXIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
El pasado sábado 25 de febrero a las 13:00 horas en el Salón de la Academia, participaron en una mesa redonda en torno a su obra los poetas Sergio Mondragón, Eduardo Langagne, Lucía Rivadeneyra y Ana Franco. El domingo 26 a las 14:00 horas, en la Galería de Rectores, la poeta conversó con Lucía Rivadeneyra acerca de su vocación latinoamericanista.
Asimismo el público asistente a la feria del libro pudo escuchar su poesía, el sábado 25 a las 16:00 horas en el Salón de la Academia y el domingo 26 a las 16:00 horas en el Salón de Rectores.  Thelma Nava fue cofundadora, con otras escritoras, de la revista El Rehilete. Luego, con el reconocido crítico y escritor Luis Mario Schneider, fundó la revista Pájaro Cascabel y la editorial del mismo nombre. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués y búlgaro. Además, en 1962, obtuvo el Premio de Poesía Ramón López Velarde y la presea Rosario Castellanos, de Chiapas en 1993.Entre sus libros publicados se encuentran Colibrí 50, El primer animal, El libro de los territorios, El verano y las islas, Paisajes interiores y El primer animal, entre muchos otros.
Raquel Huerta-Nava
Esbozo para empezar un amor
Thelma Nava

Certero, como el que apunta al corazón de la uva
 te aposentas en mí.
 Preciso como el aire de junio,
 la infatigable luz se adormece en la tarde
 o el grito del flamenco despedazando inútiles ocasos.

Por ti salgo a encender la pira de los sueños
 y a cosechar gardenias imposibles.
 Las prendo a un pedazo de tronco fugitivo:
 testimonio de ofrenda para el viento
 —guerrero hecho de vidrio por el que se despeina
 lánguidamente el árbol de un crepúsculo enfermo.

Porque llegas aquí,
 porque estás en el bosque  del prodigio al comienzo
 de una ternura más redonda que un disco de diamante
 y más pura que el canto de un canario que tiembla
 y se deshace al pie de una ventana de alcanfores.

Por eso, amigo mío, voy a pulir mis manos en tu rostro.

Porque estás aquí en ti yo creo.
 Creo en la llamarada de la tierra
 y en el fulgor de un lago que te escucha,
 que se hace cada vez más transparente.
 Quiero saberlo todo: lo que se esconde detrás de la violencia
 de tus ojos, lo que hay bajo la cuerda tensa de tu piel.
 Para decir el nombre de las cosas, la palabra precisa,
 la que en ti permanezca, la que te diga buenos días
 y te descubra el vuelo de la dicha, la orilla de los besos
 circundados apenas por una lágrima cuidadosamente amaestrada:
 voy  a iniciar la huida del silencio.

Antes que acabe el alba de seducirme con sus hojas de oro,
 antes que el viejo árbol empiece a corretear a los conejos
 detendré la mirada en la resurrección de una esperanza
 que se tienda a tu lado como un largo animal adormecido.

De: Colibrí 50


04 y 05 

La Caída: introducción de Finnegans Wake
James Joyce
Versión de J. D. Victoria

    correrrío, pasado lo de Eva y Adán, desde viraje de ribera hasta recodo de bahía, nos trae por un cómodo & amplio vicio cívico de recirculación de vuelta a Howth Castel y Enrededores.
    Sir Tristram, violamores, de sobre el mar angosto, había no todavía pasado otra vez & vuelto a arribar desde Norte Armórica a este lado del raquítico istmo de Europa Menor para pelear a puño su aislada guerra peneinsular: ni había habido piedras del alto sawyer por el riachuelo Oconee exageradas más ellas mismas hasta ser jorgios no gitanos fabulosos del condado de Laurens mientras fueron doblando en dublín su número de mendigos madres y padres ininteligibles huraños & tramposos todo el tiempo: ni una voz de un fuego había bramadicho yo soy yo para babautizar tú eres petricio: no aún, sin embargo muy pronto después del hijo venido disfrazado de venado, había un cadetito cabrón & engañoso acabado en el culo de un soso viejo & ciego isaac: todavía no, aunque todo se vale en vanidad & banalidad, estuvieron envueltas & escritas hermanas sosias iracundas con dos en un nathanyjoe. Ni al pudrir una pizca de la malta de ‘pá había Jhem o Shen hecho cerveza por luz en arco y al final del puente rory al oriente el arco iris ceja reina estaba para ser vistos algunos anillos sobre la cara del agua.
    La caída (bababadalgharaghtakamminarronnkonnbronntonnerronntuonnthunn-trovarrhounawnskawntoohoohoordenenthurnuk!) de un alguna vez viejo salmonzuelo par de wall street en apuro por el muro es recontada temprano en cama y más tarde en vida para abajo a través de toda la juglaría cristiana. La gran caída de la pared de lejos implicó a tan corto plazo del aviso la pafcaída de Finnegan, sólido hombre irlandés, que la cabeza de humpty en la colina de él mismo prontamente envía una buena indagación hacia el oeste en busca de sus dedos del pie de dumpty en el pueblo: y su  obelisco pica arriba punto y sitio está en el lugar del noqueo en el parque donde naranjas han sido puestas para oxidarse & descansar sobre el verde pasto desde que el primer diablinés amó vivo a livia & al liffey.
   ¡Qué choques aquí de voluntades de lo que la gallina quiere, ostragodos acallando piscigodos! ¡Brékkek Kékkek Kékkek Kékkek! ¡Kóax Kóax Kóax! ¡Ualu Ualu Ualu! ¡Quaouauh! Donde los batallarios partisanos Bodelerios con cimitarras están aún sin posibilidades para dominar & aniquilar como profe de mate a Malocus Migrañas y los Verdones con lanzas están catarrojando las canibalísticas de cañón de su venida lejos de los Chicos blancos de Cabeza Encapuchada. Puerta al cerco y azotes de búmeran. ¡Prole de la tierra de cabrones sodomitas, sea yo miedo! ¡Sanglorianos sin gloria, salven! Reclaman brazos con lágrimas, horrorizando. Mate y mate y mate: a todos, a todos. ¡Qué oportunidad abrazan, qué castillos aireados y ventilados! ¡Qué ofrecemeamores seducidos a pecar por qué egoteabsuelvos! ¡Qué sentimiento de verdad por sus cavellos con qué extraña voz del falso hiposo jacob! ¡Oh oye aquí cómo tumbado & habiendo merodeado en howth ha encontrado el polvo oscuro del ocaso el padre de los fornicacionistas pero, (¡Oh mi alguien de escalera brillante!) cómo ha finabarcado el más alto firmamento la señal celestial de sutil anuncio! ¿Pero era esa? ¿Iseult? ¿Es eso? ¿Antes eran adivinos? ¿Estamos seguros? Los robles de antaño ahora yacen en paz como turba todavía dormidos donde las cenizas están puestas. Cae en tentación si es tu voluntad pero, tienes que levantarte: y no tan pronto o la farsa por el momento devendrá en un asentado final de fénix secular & circular.


    riverrun, past Eve and Adam's, from swerve of shore to bend
of bay, brings us by a commodius vicus of recirculation back to
Howth Castle and Environs.
    Sir Tristram, violer d'amores, fr'over the short sea, had passen-
core rearrived from North Armorica on this side the scraggy
isthmus of Europe Minor to wielderfight his penisolate war: nor
had topsawyer's rocks by the stream Oconee exaggerated themselse
to Laurens County's gorgios while they went doublin their mumper
all the time: nor avoice from afire bellowsed mishe mishe to
tauftauf thuartpeatrick: not yet, though venissoon after, had a
kidscad buttended a bland old isaac: not yet, though all's fair in
vanessy, were sosie sesthers wroth with twone nathandjoe. Rot a
peck of pa's malt had Jhem or Shen brewed by arclight and rory
end to the regginbrow was to be seen ringsome on the aquaface.
    The fall (bababadalgharaghtakamminarronnkonnbronntonner-
ronntuonnthunntrovarrhounawnskawntoohoohoordenenthur-
nuk!) of a once wallstrait oldparr is retaled early in bed and later
on life down through all christian minstrelsy. The great fall of the
offwall entailed at such short notice the pftjschute of Finnegan,
erse solid man, that the humptyhillhead of humself prumptly sends
an unquiring one well to the west in quest of his tumptytumtoes:
and their upturnpikepointandplace is at the knock out in the park
where oranges have been laid to rust upon the green since dev-
linsfirst loved livvy.
    What clashes here of wills gen wonts, oystrygods gaggin fishy-
gods! Brékkek Kékkek Kékkek Kékkek! Kóax Kóax Kóax! Ualu
Ualu Ualu! Quaouauh! Where the Baddelaries partisans are still
out to mathmaster Malachus Micgranes and the Verdons cata-
pelting the camibalistics out of the Whoyteboyce of Hoodie
Head. Assiegates and boomeringstroms. Sod's brood, be me fear!
Sanglorians, save! Arms apeal with larms, appalling. Killykill-
killy: a toll, a toll. What chance cuddleys, what cashels aired
and ventilated! What bidimetoloves sinduced by what tegotetab-
solvers! What true feeling for their's hayair with what strawng
voice of false jiccup! O here here how hoth sprowled met the
duskt the father of fornicationists but, (O my shining stars and
body!) how hath fanespanned most high heaven the skysign of
soft advertisement! But was iz? Iseut? Ere were sewers? The oaks
of ald now they lie in peat yet elms leap where askes lay. Phall if
you but will, rise you must: and none so soon either shall the
pharce for the nunce come to a setdown secular phoenish.

06



Traducción/ En las voces del otro.
Versión al castellano de Gustavo Martínez.

Andrew Marvell

Nació en marzo de 1621, en Yorkshire, hijo del reverendo Marvell y su esposa Anne. A la edad de 16 años publicó poemas en griego y latín, dedicados a la princesa Ana. En 1638 inició estudios de bachiller en Artes y luego intentó obtener la maestría en Cambridge, la que abandonó a raíz de la muerte de su padre.
Emprendió una carrera como tutor de varias familias de la realeza británica, aunque se rumoraba que su labor pedagógica era pretexto para no ir a la guerra civil que la Gran Bretaña sostenía en aquellas épocas; en 1656 fue designado subsecretario de Estado, luego fue electo para el Parlamento y desarrolló una carrera diplomática que lo llevó a Rusia, Suecia y Dinamarca.
A su regreso, escribió en 1674 el prefacio para la segunda edición de “Paradise lost”, de John Milton. Falleció en 1678 de un infarto y todos sus poemas fueron publicados en forma póstuma.
Marvell forma parte de la generación de poetas ingleses del siglo XVII descritos insidiosamente por cierta crítica como “metafísicos”. Leída en el siglo XXI, la poesía de Marvell resuena por su afinidad con la discordancia y la desmesura, su gusto por la fricción disfrazada de suavidad, la sensualidad ávida de recompensa.


A Dialogue between the Soul and the Body

Soul.
O who shall, from this dungeon, raise
A soul enslav’d so many ways?
With bolts of bones, that fetter’d stands
In feet, and manacled in hands;
Here blinded with an eye, and there
Deaf with the drumming of an ear;
A soul hung up, as ’twere, in chains
Of nerves, and arteries, and veins;
Tortur’d, besides each other part,
In a vain head, and double heart.

Body.
O who shall me deliver whole
From bonds of this tyrannic soul?
Which, stretch’d upright, impales me so
That mine own precipice I go;
And warms and moves this needless frame,
(A fever could but do the same)
And, wanting where its spite to try,
Has made me live to let me die.
A body that could never rest,
Since this ill spirit it possest.

Soul.
What magic could me thus confine
Within another’s grief to pine?
Where whatsoever it complain,
I feel, that cannot feel, the pain;
And all my care itself employs;
That to preserve which me destroys;
Constrain’d not only to endure
Diseases, but, what’s worse, the cure;
And ready oft the port to gain,
Am shipwreck’d into health again.

Body.
But physic yet could never reach
The maladies thou me dost teach;
Whom first the cramp of hope does tear,
And then the palsy shakes of fear;
The pestilence of love does heat,
Or hatred’s hidden ulcer eat;
Joy’s cheerful madness does perplex,
Or sorrow’s other madness vex;
Which knowledge forces me to know,
And memory will not forego.
What but a soul could have the wit
To build me up for sin so fit?
So architects do square and hew
Green trees that in the forest grew.




Un diálogo entre el alma y el cuerpo


               
Andrew Marvell


Alma.
Oh, ¿quién sacará de esta clausura
A un alma de tantas formas cautiva?
Huesos por manillas, la aherrojada
Está apenas de pie y esposada?
Aquí, de un ojo queda ciega
Y allá, sorda con el fragor que oiga;
Un alma pendiente, quien dijera, de cadenas
Hechas de nervios, arteras y venas;
Torturada, además, a cual más,
Por una cabeza vana y un corazón falaz.               
               
Cuerpo.
Oh, ¿quién me rescatara sin tara
De los lazos de esta alma tirana?
Misma que erguida me acecha tanto
Que a mi propio precipicio salto;
Entibia y mueve esta inútil armadura,
(Lo mismo que haría una simple calentura).
Y llevada por su mala voluntad,
Me hace vivir, para la mortalidad.
Un cuerpo que nunca tiene respiro,
Desde que este mal espíritu lo ha poseído.

Alma
¿Qué magia me podría así confinar
Por el dolor de otro a penar?
Donde cualesquier que sea la queja
Yo, que no siento, siento me aqueja;
Y para ello, toma todo mi cuidado,
Y para preservar lo que me ha destrozado.
Obligada, no sólo a soportar la afección
Sino lo que es peor, la curación.
Y a menudo al partir rumbo a un abur
Me hace naufragar en el mar de la salud.

Cuerpo.
Pero la física nunca podría alcanzar
Los males que me ha logrado enseñar.
A quien primero desgarre el tétanos de la esperanza,
Y luego la temblorosa parálisis de la desesperanza,
A quien la pestilencia del amor caliente,
O devore la úlcera latente.
Perplejo la alegre locura del gozo deje
O las otras locuras de la angustia veje.
Lo cual me fuerza a conocer el conocimiento
Y la memoria no sabe de vencimiento.
¿Quién, sino un alma, tendría el ingenio
De hacerme, para el pecado, tan idóneo?
Así los arquitectos cuadran y tallan
Verdes árboles que en el bosque se hallan.


07



FINNEGAN, DIOS PENSIONADO
Él cavó un refugio bajo tierra con la destreza de su prisa al agacharse con esfuerzo para labrar para sí mismo y todo ello le pertenecía & era su anhelo y él sudó su ceño & aplacó a su pandilla de muchedumbres pavoneándose bajo su auspicio en el hospicio para los vivos y él se ganó su pan & colocó en urnas a sus muertos con pavor, aquel ratón de campo eterno como un dragón en vuelo, y él hizo casa & leyes & al piojo fastidioso & al pésimo rufián para nosotros y nos entregó a los gorgojos de algodón con violencia & diligencia & nos libró de todo mal pequeño amén y es un colega & un hombre principal como éamon, aquel libertador grandioso & poderoso, Unfru-Chikda-Uru-Wukru Humphrey Chimpden Earwicker y por dios que él fue engendrado & engendró, nuestro ancestro el más adorado su señoría, hasta que pensó de uno mejor en su casa de viudo adicto de ventannas & vientos con aquel manto sonrojado sobre él de oído a oído de oreja a culo de año en año hasta el final ruborizado de lo que manda el culo a lo que acaba en los oídos. Y si quisiera un beneficio podrían despertarlo los murmullos & rumores de los aduladores & las hierbas susurrantes de la primavera y puede ser otra vez mayo cuando el pájaro fogoso se pare de las ascuas en diciembre. Y se hará de nuevo su voluntad si el alivio al llanto por el mayor de sus menores será dicho. ¿Tienen vinos pa’ mi boda & gemidos para escardar las malas hierbas [por qué no], trajeron novia y ropa de cama & brida para contenerse & plantas de jardín, darán whoopees o alaridos como issa por mi papi & mi muerte que es un? ¿Velorio? ¿Despertar? ¡A casa del güisqui!     ¡Un hogar de porquería un agujero del diablo! ¿Me creen borracho & me embriagaron a morir?     Ahora acomódate, buen Mr. Finnymás, señor. Y toma tu ocio & yace seguro como un buen dios pensionado y no andes caminando en las afueras. Seguramente solo te perderías ahora en Healiopolis ciudad del sol en el cielo por la manera en que tus caminos a Kapilavastu dicho alto & a capella son aquellos ventosos serpenteando allá después del monte calvario, el camino de la Sombra del Norte por Northumberland Road y del Quinto Túmulo por Phibsborough Road y la calle del Atraco de Güilas Cadereantes por Watling Street y el arco iris más umbrío en el Camino Principal de Moore Street y moja tus pies tal vez con el rocío de niebla del baño de fuera. Encontrando algún enfermo viejo quebrado & la vieja bancarrota que buscabas o el burro de Patricio en saya al lado del almiar con su herradura colgando, clankatachankata, o una fulana roncando con un infante impuro en una banca. Esto te voltearía contra la vida, así lo haría. Y lo del clima ese mezquino que media también. Partir de Dublín es duro como Nugent sabía, abandonar la despojada & algo enmarañada por el whiskey más exuberante & embriagante que sus campos vecinos infranqueables e insinceros pero que dejan a tu fantasma no tener queja ni agravio. Estás mejor, señor, donde estás, señalado el primero con una cruz para llenar tu traje, con un chaleco de águila de sangre y todo, recordando tus formas y tamaños sobre la almohada de tus rizos de bebé bajo tu sicomoro al lado & al amparo del agua fría en el amnios del salmón celta que desova donde la arcilla de Tory atemorizará a las sabandijas y tienes todo lo que quieres, petaca, guantes, matraz, mechero de ladrillo, pañuelo, anillo y paraguas de ámbar, todo el tesoro de la pira funeraria, en la tierra de almas con Homero añorando la querencia y Brian Boru de mente barroca fraternizando con Barak y el pobre viejo Lonan y Nabucodonosor que bebe del cubo sin boquilla y el Gengis Khan Príncipe de Guinness. Y estaremos viniendo aquí, los sombríos jugadores de zanga, para rastrillar tu gravilla en tu tumba y trayéndote presentes, ¿no lo haremos, fenianos? Y no es nuestra saliva la que escatimaremos sobre ti, ¿es así, druidas? No esas pequeñas imágenes shabtis ruines, sucias como un penique y engaña ojos que compras en voz baja en las tiznadas tiendas para satis de la ciudad. No son sino ofertas de culos fuera del campo. Oloroso a miel a millas & llorando a mares, aquel Doctor Faherty, el médico loco de madison avenue, nos enseñó a bendecirte & hacerte bien. La papilla de amapola en teta bobada del opio de papá es un pasaporte. Y la miel es la cosa más sagrada salida de un hoyo que ha habido, colmena, panal y cera de oído, el alimento para la gloria, (¡cuida de conservar el bote o tu copa de néctar puede que rinda muy poco!) y algo de leche de cabra, señor, como solía traerte la doncella. Tu fama se está extendiendo como ungüento de albahaca pa’l Reyezuelo basilisco desde que los jóvenes irlandeses partidarios de Fintan Lalor te llevaron por la borda con sus gaitas por sobre las fronteras y hay familias completas en hogares más allá de los Botnios en suecia y ellos se ponen nombres de insulto por ti...
Este fragmento reproduce contenido de las páginas 24 y 25. Joyce consumía marihuana (por su glaucoma) y, según aparenta aquí, opio (por gusto, supongo). ¿Existe alguna referencia de esto en otro sitio, además de en las páginas de FW? Además, obviamente, era dipsómano.
Juan Díaz Victoria
Es graduado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Ha colaborado con artículos, reseñas y trabajos de creación literaria para diversas publicaciones y antologías de México, España y Sudamérica. En 1992 recibe el Tercer Lugar en el Segundo Concurso de Crítica Cinematográfica convocado por el Instituto Mexicano de Cinematografía y la revista Dicine. Sometido a dictamen en competencia, el Ayuntamiento de Cuernavaca publica su poemario “La celebración de otoño” (1995). Es galardonado con el Premio Estatal de Literatura “Morelos 2002” en el rubro de poesía por su obra “Tierra junta”, editada por el Instituto de Cultura de Morelos en 2004. Es autor además de “Boca de la lumbre” (EdicioneZetina, 2006). Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en 2004 y 2006, con la tutoría de Francisco Hernández y Aline Pettersson, respectivamente. Ha escrito también varios libros didácticos de temas relacionados con el folclor, las costumbres y tradiciones de México. Actualmente prepara la traducción anotada de "Finnegans Wake".


08


  
   
Visitaciones del lenguaje
Por Arturo Gutiérrez Luna

Todo es puerta:
basta la leve presión de un pensamiento.
Octavio Paz

Las invenciones del lenguaje de Marcos Hernández es una obra que destaca por constituirse como un libro arriesgado por su perspectiva desenfadada y su desconcertante tono habitual. El autor ha sabido convocar textos inusitados de humor negro y observaciones heterodoxas ante perplejidades y otras distracciones. Sus páginas confrontan al lector con mundos tangenciales que pasan desapercibidos a menudo.
Lo primero que resalta en esta obra de orfebrería prodigiosa  es su tránsito libre por los géneros narrativos. Las invenciones del lenguaje es una pieza de orfebrería realizada con el amor del artesano por la palabra. Un profundo respeto hace decantar el brillo de cada vocablo. Parecería una confrontación desenfrenada y febril la escritura de Marcos Hernández. Más bien, se trata de dar ocasión al sentido de urgencia. Su prosa representa el latido del apesadumbrado.
El humor negro constituye otra nota distintiva de los textos reunidos en Las invenciones del lenguaje. Marcos Hernández, escritor de prodigios, muestra una solvente inteligencia y el distanciamiento del que revela misterios en los textos que escribe. Gran conversador y escritor intenso capaz de exaltar la vida, las cosas que pasan y quedan en vivencias que te marcan. Desde que supe que escribía lo he leído con entusiasmo. Sus ensayos provocan reflexiones valiosas y sus relatos muestran una sorprendente técnica creativa que propicia sonrisas y complicidades.
“Aforinemas” es un término que nos permite caracterizar muchos de los textos ofrecidos en esta obra. El vocablo define una sutil y exacta conspiración contra la sentencia y el verso. No es la una ni lo otro, pero los implica entre las patas de sus renglones. Confluencia donde se abrazan, besan y presentan sus respetos una y otro. Los alcances de estos escarceos propician la apertura a nuevos horizontes. Acaso en el “aforinema” radica la irreverencia saludable en la que se embarca Marcos Hernández en sus textos.
Una pasión afectiva entroniza el propio vocabulario proferido por el autor de estos textos. No es otra, sino la pasión la que determina la puntual intervención de una palabra u otra. Pareciera que se elije la más próxima e inmediata para confabularse con el humor por la vida. Las alusiones al mundo son así representaciones decantadas.
Aún así, este dejo de pasión afectiva respira en las anécdotas y transpira en las historias que Marcos Hernández nos regala. De ahí que la ternura resplandezca a cada tanto.
A Marcos Hernández no le importa alguna suerte de trascendencia. Su escritura es inmediata y responde al vértigo de la vida misma. Hace resonancia de la práctica socrática que posibilita la extracción de las ideas mediante provocaciones y cuestionamientos radicales por parte del interlocutor. En Las invenciones del lenguaje asistimos al juego del preguntar incesante que se arguye a cada tanto hasta alcanzar una aproximación más plausible.
Una entrañable habilidad del autor por el cuento efectivo nos deja absortos con muchas de sus líneas. Las invenciones del lenguaje de Marcos Hernández resulta en una inteligente visitación del lenguaje. Nos propone una expedición al país de las palabras, de las cosas que le incumben a la palabra y sin la cual no existieran.
Pieza de desdoblamientos, el lenguaje es aquí convocado a desdecirse en cada pliegue. Pliegue, doblez, intersticio que conecta otros mundos. Imaginaciones, fantasmagorías desplegadas a vuela pluma. La narrativa de Marcos Hernández se reitera a cada paso. Es paso de gato. Firme, travieso, alterado, disperso, juguetón.
Juan Rulfo decía que lo crucial para el escritor era encontrar el habla de su personaje, porque después, sólo había que escucharlo hablar y verlo hacer a sus anchas en la narración.  Víctor Marcos Hernández es, en ese sentido, un artista del trapecio del que pende el lenguaje. No es el canto de sirenas, pero las convoca a cantar junto al autor hasta que el encanto queda establecido y liberarse de su magia y artilugio resulta más que imposible.
Más allá de la definición de las cosas, Marcos Hernández profiere entre nosotros evocaciones imaginarias que contrastan pero también complementan la percepción original y poética de la realidad.




   






lunes, 20 de febrero de 2012

Artetipos. Seminario cultural No. 57.


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EDITORIAL

El pasado 13 de febrero se conmemoró el 119 aniversario luctuosos del escritor mexicano Ignacio Manuel Altamirano, quien nació  un 13 de febrero de 1834 en la ciudad de Tixtla. De padres indígenas, no hablaba el español y a sus catorce años inició su aprendizaje, logrando años después cargos de importancia como diputado del Congreso de la Unión, Magistrado, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Oficial Mayor en el Ministerio de Fomento, Coronel, Profesor y Cónsul. Entre sus obras más importantes se encuentran Clemencia, Navidad en las Montañas y el Zarco. Murió en San Remo, Italia precisamente un 13 de febrero pero de 1893, cumpliendo una misión diplomática.


Sublevación y Delirio
Antología de poetas del Taller de poesía de María Baranda



Elisa Díaz Paniagua traza en sus poemas puentes entre la vida y la muerte logrando establecer un nuevo territorio fantasmagórico en donde la imaginación es su fundamento y la memoria el ímpetu de su escritura.

Juan Díaz Victoria revela en sus poemas su fascinación por la lengua y por la literatura. Sus poemas logran un impulso ético y mítico a la vez de donde surgen pequeñas historias o mundos que nos cautivan por su mirada y expresión tan personal.

María Baranda





LA CASA

Elisa Díaz Paniagua



El tiempo se ha armado y el aire pesa como una muralla cristiana.

Te atravesarán los años fríos y húmedos que se filtran por mis

                                                                                                              / paredes

e impregnan el aire de la tarde

y se sienten con el mirar ciego de tus manos

y en tu boca saben al vacío diminuto de una palabra olvidada.



Tal vez quieras hacerle frente a todo,

con tu cuerpo nuevo y viejo,

con tu ropa color de la tierra llovida.



Tal vez quieras mantenerte, orgullosa y tuya,

aun que te acechan todos esos años

apilados en mis esquinas como naufragios cíclicos,

dejados del tiempo salado que nace a diario

y se mece siempre con toda su pesadumbre sobre las piedras.



Tú estarás de vuelta a mí, en mi centro,

como una hija encontrada,

pero te arropará sólo el silencio

que ensombrece mis paredes como tantos atardeceres juntos,

el silencio de demasiados años de palabras y palabras,

el silencio transparente y grueso de cristales envejecidos,

y se cerrará a tu alrededor como si te hubiera buscado siempre:

lo sentirás lamer las puntas de tus dedos como una mascota

                                                                              / perdida hacía años,

trepará hasta tus oídos con la agudeza del cristal quebrado

y te perderás de todo y estarás a la deriva del tiempo.



Entonces los ángeles de madera,

guardianes del olvido,

voltearán sus ojos apolillados hacia ti,

el túnel de piedra se abrirá como una boca desnuda

y mis ventanas serán heridas infligidas en los muros

y reflejarán las tardes esculpidas en el cielo

o las estrellas derramadas en la noche

y, a veces, dejarán brotar la vida íntima de la casa

con su sangre de ámbar eléctrico,

con sus cortinas blancas y sucias como velos de novia muerta.



Todo el cuerpo de esta casa llevará tu muerte a cuestas

Y será la osamenta de tu tiempo.



MEMORIA EN VILO

Juan Díaz Victoria



La cifra del jilguero no es su canto, sino el oscuro andén que nos conduce a la pradera enraizada de recuerdos donde una voz  diminuta nos reclama con alardes de trueno embravecido. Callan de amar las intermitentes luciérnagas si el grito se eleva de la estera  que sostienes con manos crispadas en acero.

Vendrá algún día el destello que liberte a los muros de su prisión infame, cuando la hiedra amanezca resarcida y bajo el cielo no queden rastros mustios de la vegetación que crece al borde de los acantilados.






El Zarco
Ignacio M. Altamirano
A 111 años de su primera edición, la actualidad de El Zarco, de Ignacio Manuel Altamirano, es innegable. Publicada póstumamente, tras catorce años de trabajo, esta novela es la mejor muestra del carácter apasionado y refinado de su literatura y la culminación de sus ideas estéticas. Y así como se ha dicho de Clemencia (1869) que fue la primera novela moderna mexicana, de El Zarco podemos decir que fue la primera novela mexicana del siglo XX y su modelo artístico por excelencia. Con un relato casi cinematográfico por su agilidad y penetración, El Zarco despliega en sus más contrastantes aspectos el surgimiento –y las encontradas reacciones que provoca- de una banda criminal en el estado de Morelos durante el convulso periodo entre el fin de la guerra de Reforma y la intervención francesa. Pero no será sólo su parecido con el presente, sino sobre todo las implicaciones que desde el primer momento puso en evidencia, lo que nos dé una idea de los alcances de este libro, que desde si inmediatez casi documental y gracias a un sugerente juego de reflejos a través del tiempo nos permite entender el presente a la luz de los sucesos que narra, pues como dice en una de sus páginas, “cualquiera que hubiera leído un poco en lo futuro”, habría vislumbrado el desolador panorama actual que esta novela anticipaba. Como si apuntando con su espejo de plata hacia nuestros ojos acostumbrados a la oscuridad nos mostrara en un crudo destello los rasgos inveterados, si bien complacientemente pasados por alto, de una sociedad que al parecer ha vivido siempre entre el acoso y la avidez y en cuyo seno fue germinando (del relumbrón de los ojos azules a la completa banalización de las costumbres…) lo que ahora padecemos como consecuencias. El presente volumen incluye, además del prólogo que Francisco Sosa le escribiera en 1901, una mínima iconografía de las distintas ediciones que se han hecho de ésta que es sin duda una de las novelas claves de la literatura mexicana.
Alfonso D’ Aquino

Para la presente edición de El Zarco, que aunque parezca increíble es la primera que se edita en estado de Morelos, se han tomado en cuenta las principales ediciones anteriores –María del Carmen Millán (Porrúa, 1966), José Luís Martínez (SEP, 1986) y Manuel Sol (UV, 2000) y en especial la versión facsimilar publicada por Manuel Sol (UNAM, 1995)- a fin de entregar una versión lo más limpia posible de una obra que siempre ha estado plagada de erratas, malentendidos e incluso “correcciones” de alguno de sus editores. [N. del E.]




Entrevista con Jeremías Marquines

El poeta es sólo otro

Ricardo Venegas

Jeremías Marquines Castillo nació el 15 de agosto de 1968 en Villahermosa, Tabasco. Hizo estudios de filosofía y letras hispanoamericanas. Radica en Acapulco, Guerrero, donde ejerce el periodismo. Tiene publicados, entre otros, los siguientes libros: El ojo es una alcándara de luz en los espejos, (poesía, 1996). Los frutos de la voz, ensayos sobre la obra de Carlos Pellicer, en el cual es coautor (1997) y La palabra infinita, ensayos sobre la obra de José Gorostiza, coautor, (2001). Obtuvo el Premio Clemencia Isaura 2003 de Mazatlán, Sinaloa y el Premio José Carlos Becerra 2000, de Villahermosa, Tabasco. Este año Marquines fue el ganador del Premio Aguascalientes de Poesía.

Naciste en un año crucial de la vida política, económica y social de México, 1968, ¿qué significa esto para ti?

Derrumbe y expectativa, son dos palabras que me llegan a la mente cuando se menciona el 68. Pero más que nacer en una fecha tan simbólica, soy producto de sus consecuencias, de sus crisis y esas son las que me marcaron. Los años posteriores son de corrupción, abusos y una profunda desconfianza  social. La infancia la viví entre los gobiernos sinvergüenzas de Echeverría y López Portillo, así que aprendí desde pequeño a ser desconfiado y pesimista, y por supuesto son conceptos que están presentes en mi obra.

Acabas de ganar el premio más prestigiado de poesía de este país, el Aguascalientes, ¿cómo recibiste la noticia?

La noticia no la recibí yo, sino mi esposa Citlali y mis hijas Zoe y Zyanya; yo lo supe después porque no practico el uso del teléfono celular; ellas me dijeron primero y estaban más contentas que yo. Sin embargo, sí mantenía la expectativa y la duda; confiaba en que el libro que había enviado tenía la fuerza suficiente como para defenderse solo, y pensaba en que si había un buen jurado imparcial, como así sucedió, el libro tenía amplias posibilidades de ganar. En realidad, estoy más feliz porque, de algún modo, el premio recupera parte de la credibilidad que había perdido y que tantas polémicas generó en el pasado.

Perteneces a una generación de poetas mexicanos valiosos y destacados: María Baranda, Mario Bojórquez, Jorge Fernández Granados y Raquel Huerta-Nava, entre otros, ¿cómo te sientes con tu generación?

Pienso que la idea de generación literaria donde se mete a todos por igual no me gusta mucho, me agrada más la idea de coincidencias y aproximaciones poéticas, en ese sentido me siento más cómodo, quizá más colindante con las poéticas de Jorge Fernández, Armando Alanís, Ernesto Lumbreras, Francisco Magaña, Mario Bojórquez, Juan Carlos Bautista y aunque no son de “mi generación”, pero me llegan por su aproximación, las obras de Coral Bracho y Tedi López Mills.  Considero que hay en las obras de estos poetas que menciono, “el sentimiento de ser todo y, a la vez, la evidencia de ser nada”. Hay incertidumbre y expectativa, pesimismo y desconfianza, y esas ambivalencias son las que me atraen.

Vivimos una era de violencia e impunidad agudizadas, ¿el mundo necesita al poeta o viceversa?

El mundo no necesita a los poetas, sólo necesita a mejores seres humanos. Incluso el mundo no nos necesita como especie, con los animales les basta para estar bien. El poeta es sólo otro individuo más, demasiado herido, demasiado enfermo, demasiado bárbaro  como para que encima el mundo necesite de nosotros. Lo indicado sería entonces que el poeta necesite del mundo y a veces eso nos disgusta, porque al igual que los peces, lo que nos hastía es que todo ocurre en la misma pecera. La violencia es hija de la impunidad agudizada; todos somos responsables de esa violencia que hoy nos sitia. La complacencia, las complicidades y la indolencia de una sociedad cínica le dio forma al terror criminal y como siempre, tratamos de culpar a otros de lo que hemos hecho. Hay que aprender a vivir también con lo detestable.

Dices en un poema: "Como la catástrofe/ La ilusión siempre necesita dos: el abismo y la intuición." ¿Le falta arriesgar más a la poesía mexicana?

Lo que entiendo es que la poesía mexicana nunca ha arriesgado nada. Es una poesía comodina que se conforma con glosar su propia tradición, o a veces haciendo buenas glosas de otras tradiciones, como decía Cuesta. En México casi nunca se premia la experimentación, el riesgo, la diferencia, por lo contrario se premia y se celebra la tradición y la cursilería; por eso lo que tenemos es una poesía endogámica, con múltiples achaques que la hacen cada vez más aletargada, sin sorpresas y alejada de los lectores. Y sí, la poesía necesita de dos: la catástrofe y la ilusión.

¿Cuál es tu diagnóstico de la poesía mexicana actual?

Pienso que la poesía mexicana actual está muy alejada de las necesidades de sus lectores, no ha logrado encontrar su lugar en la realidad actual y una consecuencia de este errar es la proliferación de textos vacíos que tratan de llenar recurriendo a las exploraciones temáticas de hospital. Es una poesía de temas más que de esplendores.


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Qué clase de reporteros
Adán Echeverría

¿En quién han de confiar los ciudadanos? La red internacional de comunicaciones nos ha regalado el poder de masificar la información. Pero ese término: masificar, hacerlo para las masas, o que las masas puedan hacerlo ¿en qué ha resultado? Puede uno creer que han caído muchas vendas en los ojos de los lectores. Pero eso es lo de menos. Uno tiene que aprender a desconfiar de todo. Jamás se podrá saber quién es quién, o quién tiene algo que decirnos que pueda gozar de veracidad, no le llamemos verdad.
Hoy mismo, querido lector, yo podría estar pagado por la partidocracia, como dice el caricaturista Rius, y estar al servicio de un oscuro partido político, haciéndole el favor al Pri, caminando y comunicando acerca de la anulación del voto. Quizá. ¿Podríamos decir lo mismo de Rius? Él es Rius, yo, “el eterno indio que se queja”.
Quejas más quejas menos, yo mismo podría acusar a los portales de noticias de la red de que cada uno podría tener sus amigos en el gobierno, sus amigos en la partidocracia que les filtran su dinerito con respecto a que lo publicable, sea un poco de su agrado.
Por ahí he escuchado a esos editores de la prensa decir y redecir que los columnistas aunque no tengan sueldo, bien que ganan, ya que se apersonan con los diputados, con los jefes de gobierno (partidócratas, pues) y les piden su dinerito a cambio de columnas con tal o cual color.
Lo mismo los reporteros. Habría que sacar cuentas de todos los regalos que los diputados, senadores y comparsa hacen llegar a los reporteros en las navidades, día del periodista, del reportero, del ser humano. Vivir de los regalos, en este país de limosneros.
O como decía el poeta: qué tan malo será el trabajo que hasta pagan por hacerlo.
Yo mismo, lo he de reconocer, he probado mi tesis. En una ocasión, trabajando para una oficina de gobierno (de cuyo nombre no quiero acordarme) me enteré de ciertos desmanes de presupuestos que beneficiaron a personajes en niveles de alto rango. Supe que pensaban denunciar ese faltante de dinero, que en una fiesta –borrachera- habían dilapidado en servicios sexuales, ante las autoridades, acusando de que alguien de la misma oficina lo había robado: caiga quien caiga.
A sabiendas de que iban a revisar y hacernos declarar a todos los de la oficina, decidí hablar con un reportero. Le envíe un correo a uno y me cité con él. El reportero llegó, le di un nombre falso, jamás cotejó mis datos, no me pidió que me identificara, sólo tomó notas de la información y ciertas pruebas que le ofrecí, y ni siquiera fue a la oficina para ver si yo trabajaba ahí.
Corrí el riesgo de que lo hiciera, de que preguntará por el nombre falso que le di y que todo el teatrito se cayera, pero no lo hizo. Al día siguiente la nota apareció en uno de los dos diarios de más tiraje de Yucatán. Tuvo tal éxito que nadie en la oficina desconfió de mí. Jamás. Los jefes no pudieron acusar a nadie, llamaron a junta con todos los de la oficina, hablaron de la ética, de que era increíble que se filtrara información a la prensa y no pasó más. En gobierno si se quiere nunca pasa nada. La nota tuvo éxito, podría decirse, pero el reportero dio mucho que desear.
A qué nos enfrenta esto. Al menos tres aspectos: 1. Cualquiera engaña a un reportero. 2. Existen reporteros incapaces de perseguir las fuentes, de cotejarlas; se conforman con los boletines de prensa. Por eso se dejan engañar por cualquiera. 3. La sociedad le cree todo a la prensa escrita, son incapaces de desconfiar.
Habría que mirarlo bien y con ojo abierto. ¿Qué clase de reportero eres? ¿Acaso no hay algo más que te sea de interés en esta profesión que entregar el día a día las notas que te harán cobrar tu dinero quincenal? ¿Acaso no quieres un poco más? ¿Honrarte a ti mismo?
Y habría que seguir trepando la pregunta: ¿qué clase de director editorial eres?, ¿qué clase de columnista?, ¿qué clase de editor? ¿Acaso tu trabajo como editor consiste en componer la ortografía y bajar información de la Internet?
Merecemos una mejor prensa. Merecemos respetar nuestra profesión, respetándonos. No se trata de sólo reproducir el boletín de prensa que se nos facilita, mis señores, ni se trata de cubrir unas horas en la oficina editando notas, pendientes del reloj chocador para la salida temprano. Se trata de informar, y bien.